miércoles, 10 de marzo de 2021

La caída de Rodrigo



(Romancillo de humor)
 
Era Rodrigo un muchacho
de la División Azul,
un defensor de la causa
deslumbrado por su luz.
 
Tras volver de la contienda
se incorporó a la faena
y siendo un gran albañil
encontró una empresa buena,
 
trabajó en la construcción
en Madrid de un rascacielos
elevándose cien metros
por encima de los suelos.
 
Estando en la última planta
un accidente fatal
lo precipitó al vacío
con pronóstico mortal
 
y bajando como el rayo
se le escuchaba gritar:
¡Muera Franco el desalmado
lo tienen que fusilar!,
 
exaltaba al comunismo
mientras bajaba en picado
dejando a sus camaradas
seriamente preocupados;
 
y llegaron los bomberos
y también la policía
quedándose estupefactos
por las cosas que decía.
 
Le prepararon la lona
para amortiguar el daño
que sin duda ocurriría
desde un espacio tan alto.
 
Los sociales que vinieron
para ocuparse del caso
querían cazarlo con vida
y poder interrogarlo.
 
Entablaron un debate
sobre qué hacer con Rodrigo
un traidor de la Falange
que se pasó al enemigo:
 
“Dejémoslo que se estrella,
es un traidor desalmado
que renunció a sus principios
pasándose al otro lado”.
 
Se estampó contra la acera
el pobrecito Rodrigo
y los sociales atentos
preguntaron al caído:
 
“Rodrigo, hijo de tu madre,
que bien engañaste a todos
te creíamos falangista
y te pasaste a los rojos”
 
¿Por qué gritabas, Rodrigo,
alabando al comunismo
y pidiendo con insidia
fusilaran al Caudillo?
 
Y Rodrigo moribundo
con la muerte compañera
le contestó al policía:
“Quería que me detuvieran”.
 
Autor: Antonio Porras Cabrera
Málaga, 10 de marzo de 2021 

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