viernes, 11 de abril de 2014

Dios según Spinoza



Encontré en este mundillo de internet unas expresiones adjudicadas a Baruch Spinoza aludiendo a Dios y su naturaleza, que comparto en gran medida y que reseño a continuación.
Spinoza, (para quien no lo conozca pueden ver su biografía en: http://es.wikipedia.org/wiki/Baruch_Spinoza) fue  un librepensador de ascendencia Sefardí que vivió en Holanda en el siglo XVII y, en cierto sentido, precursor del pensamiento de Jean-Jacques Rousseau, importante componente de la Ilustración que gestó la revolución francesa y significó un cambio de era en nuestra sociedad occidental.
Según él, Dios hubiera dicho:
Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.
Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.
¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa.
Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.
Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo.
El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer.
Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito… ¡No me encontrarás en ningún libro!
Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo?
Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te critico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.
Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice… yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias… de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de dios puede hacer eso?
Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti. Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para tí. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.
Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.
Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.
Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.
No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.
Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di.
Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?… ¿Te divertiste?… ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?…
Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.
Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?… ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.
Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas. ¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?
No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro… ahí estoy, latiendo en ti.



8 comentarios:

Darío dijo...

Leí un texto maravilloso de Bodei centrado en Spinoza, y en efecto, uno termina por pensar que dios daría rienda suelta a las pasiones. Un abrazo

Antonio dijo...

Amigo Dario, este mundo sería la gloria si no fuera porque algunos que hablan de ella nos lo quieren hacer un infierno. El culto al sufrimiento alcanza su máximo exponente estos días con la pasión y muerte de Cristo.
Un abrazo

Prudencio dijo...

Bendito Espinoza. Ese sí que sería un dios creible. Y supongo que tampoco le importaría a ese dios que creyeramos en él o no. Un abrazo, Antonio.

Myriam dijo...

El pensamiento de Espinosa presentado en forma sencilla al alcance de todos, me gusta.

Gracias por compartirlo, Antonio.
Los grandes pensadores no pueden ni deben caer en el olvido.

Besos

Myriam dijo...

El pensamiento de Espinosa presentado en forma sencilla al alcance de todos, me gusta.

Gracias por compartirlo, Antonio.
Los grandes pensadores no pueden ni deben caer en el olvido.

Besos

Myriam dijo...

jajaja hasta me salió con eco jajajaja

más besos

Ana Márquez dijo...

Qué hermoso, ¿verdad? :-) No sé si has leído "Conversaciones con Dios" de Neale Donald Walsch, es una trilogía (un poco pesada y redundante en algunos tramos, para mi gusto) pero que expone y amplía todo este pensamiento de Spinoza, quien recogió la tradición religiosa de muchos pueblos orientales. En China, Lao-Tsé ya predicaba una idea de Dios parecida, seis siglos antes de Cristo. En cuanto al "culto al sufrimiento", el cristianismo digamos que lo llevó a unos extremos algo salidos de madre, pero es cierto q existe en casi todas las filosofías anteriores a esta religión una especie de "valoración" del sufrimiento humano, considerándolo como un extra especial que nos capacita para crecer en todos los sentidos. En algunas tradiciones se dice que las personas que han "elegido el drama" (se supone que en una vida anterior o antes de llegar a este mundo, se puede elegir el tipo de vida que has a tener, eso dicen estos credos) para crecer espiritualmente en su peregrinar por el mundo, estas personas tienen, digamos más "puntos" :-) cuando regresen al Todo. Lo que no significa q los que no sufren en el mundo vayan a ir a un infierno ni nada de eso. Es algo así como cuando en la Tierra hacemos un curso de espcialización, :-) es optativo, pero tenemos más posibilidades de avanzar y ganar puntos en nuestra trayectoria académica. Pues igual, pero en el mundo espiritual.

Pero claro, este tipo de sufrimiento no puede ser "autocausado", haciendo penitencia, ayunando, ni nada por el estilo, esto sería hacer trampas :-) Se refiere al sufrimiento inherente a la vida, no causado, una enfermedad, un problema familiar grave, etc. supuestametne elegido antes de nacer. No vale autoflagelarse ni llevar cilicios ni nada de eso :-)

León Felipe, el poeta español, republicano, rojeras y anticlerical como él solo :-) pero también creyente, expresaba esta idea del sufrimiento como algo q dignifica al ser humano. En unos versos bellísimos de su "Antología Rota" decía que: "En la gran fiesta del Juicio Final... Dios acuñará cada lágrima como se acuña el oro y un hombre sin llanto será como una bolsa vacía", para añadir después en una conclusión genial:

"Pero todos tendremos para pagar la entrada" :-)

Porque, por supuesto, todos hemos llorado alguna vez, y un sólo instante de dolor ya nos hace merecedores del abrazo de Dios. ¿Y quién no ha tenido un instante de dolor?

En fin... Quién sabe, ¿verdad? Supongo que nos resulta injusto comprobar q muchos pasan por la vida sin apenas contratiempos, y otros padecen dolores terribles físicos o morales desde q nacen hasta q mueren... Inconscientemente tendemos a desear q haya algún tipo de "recompensa" en el Más Allá para los que sufren, aunque sólo sean unos "puntos extra" en su currículum :-) ("Bienaventurados los que ahora lloran porque después serán consolados", dice el evangelio mostrando nuestro deseo).

Pero saber, saber, nadie sabe nada. Cuando Pilatos preguntó a Jesús, "¿Qué es la Verdad?", ni siquiera él, que era un avanzado en el mundo espiritual, supo contestarle. ¿Cómo vamos a saberlo nosotros?

Un beso, Antonio, una entrada excelente :-)
Feliz Semana Santa.

Antonio dijo...

Ana, gracias por tu extenso y constructivo comentario. Solo te diré que me pareció muy interesante.
Un beso

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