sábado, 22 de febrero de 2025

23 F, mi memoria histórica

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el 22 FEB 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/02/22/23-f-memoria-historica-114559834.html

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Para mí, solo es un día de infausto recuerdo, de un loco gregario alienado que invadió un parlamente agrediendo a la soberanía de todo un pueblo en nombre de su España


Antonio Tejero Molina en el Congreso / l.o.

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Corría 1981, acababa de cumplir 30 años, era 23 de febrero, un aciago lunes para el olvido. No recuerdo que climatología había pero, para mí, fue un día muy gris. Sería algo más de las seis de la tarde de aquel lunes fatídico, cuando entró en el módulo Luisa, la auxiliar de enfermería de la UVI, seguidora de Fuerza Nueva y Blas Piñar, inundada de alegría, con una sonrisa de oreja a oreja y una agitación inusitada, diciendo que había entrado la Guardia Civil en el Congreso y se había producido un Golpe de Estado.

Un frío estupor me embargó y sentí como si un cubo de agua helada me calara el alma. No sabía qué decir, qué hacer o pensar. Será una broma, le dije. Pero el transistor que traía nos sacó de dudas. Ese fue el medio por el que nos fuimos informando sobre cómo evolucionaban las cosas. Tejero, sujeto de infausto recuerdo, que entró en el Congreso con un heterogéneo y embaucado grupo de guardias civiles, a golpe de pistola hizo callar la palabra. Otra vez, las armas hacían enmudecer al verbo. El arma mata, la palabra acerca, pensé, aunque a veces también hiere. Poco después Milans del Bosch sacó los tanques a las calles de Valencia. Radio Nacional de España solo daba música militar, mientras la SER seguía informando, en libertad, sobre los hechos. Un despiste de los golpistas en el Congreso, y la habilidad de un cámara que apagó la pantalla para que los insurrectos no vieran que estaba funcionando, permitió seguir emitiendo imágenes durante un buen rato de todo lo que sucedía en el interior del parlamento. Debieron darse cuenta ellos, o sus compinches del exterior, al ver esas imágenes y anduvieron buscando qué cámara era la que emitía, hasta descubrirla y nos dejaron ciegos.

Brunete

Mientras tanto, tomaron los estudios de TV española y andaban a la espera de que la División Acorazada Brunete saliera a la calle y controlara Madrid. Difícil papeleta se nos avecinaba a los que nos sentíamos demócratas. Luisa estaba exultante, pero el resto no. Le conminamos a que se callara y nos dejara tranquilos, pues continuamente aludía a que habían llegado los suyos y bla, bla, bla…

Realizar tu labor en esas circunstancias es complicado al no poder mantener la concentración. Primero por ver cómo se desmorona un trabajo y unos derechos que se adquirieron con tanta lucha, luego la preocupación por cómo estarán en casa tu mujer y tus hijos, después las dudas que se andan generando sobre el futuro inmediato y un largo etc. que te llena de desasosiego, zozobra e inquietud. No teníamos las posibilidades de comunicación que hay hoy, los teléfonos móviles no existían, ni internet, ni los WhatsApp y todos estos medios que hoy nos la facilitan. Conseguí, a duras penas y tras mil ruegos a la centralita, contactar con mi familia. Mi mujer, ayudada por su hermano, ya se aprestaba a conseguir provisiones por si las moscas, sobre todo leche y alimentos para los niños, con lo que me quedé algo más tranquilo. Mientras tanto todo era contrastar información a través de los distintos medios de comunicación con los que se contaba en todo el hospital.

En algunos mayores pervivía el recuerdo del llamado Alzamiento Nacional de 1936 que fue el preludio de la guerra civil. Eso horrorizaba. Volver al pretérito, a una potencial guerra, a confrontación y muerte, a la España dividida (que ya de por sí lo estaba), a la dictadura, a las supresión de libertades y de los partidos políticos, de los sindicatos que luchaban denodadamente por mejorar la vida de los trabajadores… Los fantasmas del pasado, de la España gris y opresora se cernían sobre el país. Una extraña sensación de amargor, miedo, indefensión, inquietud y desesperanza se adueñaba de la inmensa mayoría del pueblo español. Pero habría que afrontar el reto para neutralizar el golpe…

Mucha incertidumbre. ¿Nos quedaríamos allí esa noche y, en todo caso, hasta cuándo? No podíamos abandonar la asistencia. ¿Podrían venir los relevos? ¿Nos militarizarían si prosperaba el golpe y había conflicto con muertos y heridos? Puffff… ¡Qué estrés! Pero todo aquello no podía convertirte en inoperante, pues la vida de los pacientes estaba en peligro. Era difícil concentrarse y hacer un buen trabajo bajo aquellas circunstancias, máxime con aquella auxiliar ‘facha’ que no paraba de mostrar su regocijo y entusiasmo y que se escaqueaba de toda actividad a caballo de su euforia.

Preocupación

Yo tomé una decisión, tras analizar la realidad con la mayor frialdad posible. Dado que no podía hacer nada para mejorar la situación y para neutralizar el golpe, debía centrarme en mi trabajo. Ello me permitiría desconectarme de aquella presión y seguir garantizando la asistencia a mis pacientes a la vez que me distraería y relajaría. No pude evitar la preocupación por lo que pudiera pasar fuera, por mis hijos y mi mujer, por mi casa y mi gente, como es natural, pero al menos tenía la certeza de que las tropas no habían salido a la calle en Málaga.

Me acordé de muchos de mis amigos, reputados luchadores, con cierta inquietud por su futuro inmediato y qué medidas habrían tomado para protegerse. Yo no era un activista importante en el mundo de la política, sino un ciudadano demócrata inmerso en la dinámica social que arrollaba al viejo régimen y nos llevaba a la democracia, pero estaba rodeado de gente mucho más comprometida que yo, que se jugaban el tipo valerosamente.

Fueron pasando las horas, fueron decantándose las cosas y, al final, llegó el relevo y pudimos irnos a casa. Luego, una vez en casa, apareció el rey con su discurso. ¿Por qué tardó tanto Juan Carlos en definirse públicamente? Negros nubarrones se cernieron sobre la corona y aún hoy día siguen sin despejarse en su totalidad. Hay preguntas sin respuestas. La complejidad del caso no acaba de facilitar su aclaración.

Infausto recuerdo

Para mí, ahora, solo es un día de infausto recuerdo, de un loco gregario alienado que invadió un parlamente agrediendo a la soberanía de todo un pueblo en nombre de su España, esa misma España que, paradójicamente, estaba siendo agredida por él y los golpistas. Es el recuerdo de un grupo de gente desleal a su patria, que comulga con el desprecio a los demás y que se creen con la función mesiánica de salvar su España. Clan que, al amparo de su Nacional-Catolicismo, impusieron, controlaron, adoctrinaron y sembraron el espíritu antidemocrático, que persiste aún en determinados grupos del arco parlamentario, en el ejercicio de la política. Creo que este país no tendrá arreglo hasta que surja un espíritu nuevo capaz de aglutinar a la gente y hacerlas entenderse en busca de una misión común de mejora de la vida y la calidad de las personas. Eso solo se hace con la educación, pero mientras nos sigan adoctrinando en estos planteamientos clásicos seguirá habiendo desencuentro.

Lo que nunca pensé es que a estas alturas, 44 años después, estaríamos así, acosados por la ideología del pasado y en proceso de regresión en derechos, desmontando el Estado del Bienestar para entregarlo a sus amiguetes mediante la privatización del patrimonio común de los españoles. Mientras, de reojo, observamos cómo, desde la política internacional, nuevos agresores, liderados por Trump, pretende romper el orden establecido en beneficio de intereses espurios de determinados grupos de poder, dinamitando la democracia y despreciando el humanismo, para llevarnos a una plutocracia dominada por los oligarcas. Estamos ante un nuevo golpe de estado de geoestrategia global… ¿será identificado como el 20E?



sábado, 15 de febrero de 2025

El líder inimputable, hacia un nuevo feudalismo…

 

Opinión | Tribuna

Antonio Porras Cabrera

Publicado en el  diario La Opinión de Málaga el 15 FEB 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/02/15/lider-inimputable-nuevo-feudalismo-114315313.html

Si nos retrotraemos al pasado, los mandatarios han contado con la tolerancia de sus súbditos sumisos para con sus desmanes


El Despacho Oval. / Aaron Schwartz-POOL

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En Crimen y Castigo, insigne obra de Fiódor Dostoyevski, de la que aconsejo siempre su lectura, su protagonista, Rodión Raskólnikov, es un estudiante fracasado que subsiste como puede, incluso empeñando sus pertenencias. Aliona Ivánovna, es una usurera que se aprovecha de la pobre gente para llenar sus arcas. El resto de personajes es un elenco de sujetos que representan con bastante fidelidad la sociedad rusa del siglo XIX, una era zarista cuasi feudal. Téngase en cuenta que la servidumbre fue abolida en 1861 por el zar Alejandro II.

La trama tiene su esencia en la convicción de Rodión de que es lícito el crimen ejecutado por seres superiores, por líderes y mentes privilegiadas, que lo cometerían para salvar a la sociedad de una situación deleznable, de injusticia, o procurarles una mejor vida. Los grandes líderes, los “Napoleones”, han cometido asesinatos y crímenes bajo el convencimiento de que era un mal menor para conseguir un objetivo superior. Esa idea, descrita por él en un artículo publicado en una revista, parece que cuaja en su mente. Ante la miserable y usurera Aliona Ivánovna, la prestamista, él se siente autorizado para eliminarla y salvar al mundo de una arpía, por lo que decide matarla.

Crisis existencial

Lo consigue, pero también ha tenido que dar muerte a la hermana de la usurera, que se presenta en la casa, para evitar ser denunciado. Lizaveta es una buena mujer que muere como un efecto colateral indeseable y así lo entiende él. Mas a partir de ese momento entra en una crisis existencial, un maremágnum emocional del que surge un conflicto interno ético y moral, y acaba descolocado, enfermo y trastornado. No se siente el superhombre que tenga derecho a cometer un frío crimen, sino el ser normal que ha de gestionar su culpa y, como culposo, requiere reparar su delito, por lo que se entrega para evitar que sea condenado un inocente que se autoinculpa.

Del autor dijo Friedrich Nietzsche: «Dostoyevski, el único psicólogo, por cierto, del cual se podía aprender algo, es uno de los accidentes más felices de mi vida». Luego, Nietzsche, elaboró su teoría del superhombre que tiene cierta coincidencia con el planteamiento que manifiesta Rodión Raskólnikov en el artículo que había escrito en la revista al que ya me he referido. El perfil del superhombre los describe Rodión cuando dice a Sonia: “Y ahora sé, Sonia, que tiene poder sobre las personas quien es más fuerte por su inteligencia y su espíritu. Para la gente, el que se atreve a mucho es el que lleva la razón. El que más cosas menosprecia se convierte en su legislador y el más atrevido es el más escuchado. Así ha ocurrido hasta ahora, y así será siempre. ¡Sólo un ciego no lo vería!”. Parece que estuviera describiendo la conducta de determinados políticos actuales carentes de empatía, como son Trump, Milei y otros.

Esa exaltación megalómana, que conforma en su proyecto juvenil de vida, es la que provoca su idea de superhombre, y lleva a la justificación del crimen en función de la bondad resultante. Eliminar a la usurera es un acto de justicia social.

Subconsciente

Luego, la miseria de su entorno, su incapacidad para ser insensible ante el dolor y sufrimiento ajeno, el afloramiento de su bondad, le hacen ver en su subconsciente que él no es un ser superior, sino uno vulgar, que no está exento de culpa ante un crimen y aflora el sujeto culposo, el que entiende la justicia desde la verticalidad donde el pobre hombre que infringe la ley ha de pagar por ello para redimirse, tal como describiría Freud con su segunda tópica y la figura del superyó años más tarde. De la fase de creerse superhombre, pasa a otra fase de verse como un pobre sujeto que ha cometido un crimen, que ha arrebatado la vida a la honesta Lizaveta y que, para más inri, hay un sujeto inocente que va a pagar por ello.

Se preguntará el lector a qué viene esta diatriba sobre Crimen y Castigo. Esa concepción del poder desde la perspectiva rusa del siglo XIX, donde persistían huellas de un sistema feudal recién abolido (1861) al publicarse el libro (1866), ¿qué tiene que ver con la situación actual? Indudablemente son tiempos muy diferentes. El analfabetismo prácticamente ha desparecido y, en teoría, los ciudadanos estamos más capacitados para pensar y discernir sobre el bien y el mal, para razonar, a la vez que exigir una justicia imparcial, universal e igualitaria para todos.

Dejemos la teoría del superhombre, pero si nos atenemos a los movimientos que se vienen produciendo en los últimos tiempos, colegiremos que podríamos estar desarrollando un proceso regresivo. El analfabetismo ha dejado de ser no saber leer y escribir, para convertirse en no dominar las tecnologías que se van imponiendo, lo que nos llevará a considerar analfabetos funcionales a quienes no tengan la capacidad de desenvolverse en el uso de estas tecnologías, o herramientas, de cara a un futuro no muy lejano.

Súbditos sumisos

Por otro lado, si nos retrotraemos al pasado, los mandatarios han contado con la tolerancia de sus súbditos sumisos para con sus desmanes, eximiéndoles de responsabilidad cuando han cometido actos censurables para el común de los mortales. Los reyes son inimputables, son superhombres por la gracia de Dios. Respecto a la justificación de sus atrocidades, la historia nos enfrenta a casos recientes de especial relevancia como Hitler, Mussolini, Stalin, Mao Zedong, o nuestro cercano caudillo Franco. La sumisión al poder del líder es tal que le está permitido todo, con el que hay complicidad.

Y en estas estamos. Los líderes actuales justifican sus desafueros como una forma de acometer un peligro para la nación. Son decisiones que sirven para salvar al pueblo, para eliminar a los enemigos, para consolidar el orden, para evitar el peligro que se cierne sobre el futuro. El pueblo se somete a sus designios sin inmutarse, creyendo que es lo mejor. Putin y Netanyahu han llevado la guerra y la destrucción a Ucrania y Gaza con el apoyo de su ciudadanía. El asunto está en demonizar al contrincante, identificarlo como enemigo y ya todo vale para acabar con él, dado que es un peligro público: El dictador de turno ya puede dar rienda suelta a sus instintos agresivos.

Los valores humanos se van perdiendo y la gente da crédito a bulos y una posverdad que encuentra acomodo en las emociones irracionales de los ilusos pueblos. Mejor no pensar, dicen, y seguir a nuestro guía, que él, o ellos, sabe mejor que nadie lo que nos interesa, nosotros a cumplir sus órdenes, aunque sean la de asaltar el Capitolio, negar los derechos humanos o atentar contra la democracia.

"Tecnocasta"

Un nuevo feudalismo asoma la cabeza, el de la llamada “tecnocasta” que será dueña de la tecnología, capaz de usarla para manipular las opiniones públicas y pastorear al pueblo al lugar que les interese hasta hacerlo sumiso y/o súbdito en lugar de soberano. De momento pueden decir y hacer barbaridades, y sus seguidores los defenderán. Ya lo dijo Trump: «Podría disparar a gente en la Quinta Avenida y no perdería votos», tal vez por lo que decía Rodión, el protagonista de Crimen y Castigo, respecto al perfil del superhombre. Elon Musk ya plantea la idea de sustituir la democracia por un gobierno liderado por “machos alfa” o ricos superhombres, una plutocracia.

Concluyo que Rodión Raskólnikov, dentro de su vulgaridad y pobreza, tiene conciencia social y humana, por lo que siente culpa; lo que es dudoso entre los poderosos carentes de empatía y emocionalmente desafectos, en algunos casos fríos sociópatas, a los que no les importan los muertos ni la destrucción, motosierra en mano, donde ven una oportunidad para reconstruir con pingües beneficios. ¿Será la devastada Gaza un paraíso turístico sin palestinos?



sábado, 8 de febrero de 2025

Yo creo en la política, a pesar de los políticos

 

Opinión | Tribuna

Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el 08 FEB 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/02/08/creo-politica-pesar-politicos-114089957.html

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Acabaremos no creyendo en la política, sin diferenciar la política del político, que son, a mi entender, dos cosas bien distintas, aunque deberían ser complementarias

 

Es terrible leer las declaraciones de la señora Ayuso a Ana Rosa Quintana. / Diego Radamés

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Tengo total y absoluta convicción de que el deterioro del mundo político solo sirve para dar poder a las fuerzas emergentes, que pretenden instaurar un nuevo orden mundial, como son aquellas que hacen del dinero el principal valedor de toda nuestra sociedad. Me refiero a los oligarcas que, en alianza, anhelan instaurar una plutocracia, o sea el gobierno de los ricos, en detrimento de la democracia.

Connivencia

En un Estado democrático quien tiene el poder de elaborar las normas y leyes es el legislador, los parlamentos que emanan de la voluntad popular en alianza entre el pueblo y la política, cuya complicidad determinará las leyes. Esto no es plausible si no existe esa connivencia entre la sociedad y el Estado democrático. Ello, a la vez, implica una capacidad de exigir responsabilidades a los gobernantes por parte de quien los votó, de dar y retirar la confianza en función de los resultados de su gobernanza.

Ahora bien, la ciudadanía tiene que tener una serie de valores que conformen una línea ideológica elemental, donde el ser humano sea la base de la misma y considere al dinero como mero instrumento para procurar el desarrollo de las personas y no a la inversa. El progreso, bajo mi punto de vista, se entienda inherente a la evolución de planteamientos humanistas, a la realización del individuo en consonancia con sus potencialidades y en equilibrio con su entorno, y no como un mero poseer más medios materiales, más tecnología, a veces innecesaria, invadiendo el mercado y llevando a un consumismo irracional. Si queremos un sistema sostenido de desarrollo debemos atenernos a los recursos disponibles y gestionarlos racionalmente, para que alcance al conjunto de la población y no se mantenga el despropósito que tenemos en la actualidad que, desde el aspecto económico, conduce cada vez más a la fragmentación social con inmensos ricos y miserables pobres.

El mundo económico desalmado

Y, claro está, al mundo económico desalmado que piensa antes en el dinero que en las personas, que cultiva los valores de la competencia salvaje, y para el que la gente solo tiene valor si sirve a sus propósitos de desarrollo económico, le interesa dominar la política de todos los países, cosa conseguible al domeñar al político. Este dominio puede ser directo o indirecto. Es decir, sometiendo a los políticos a sus deseos para que ejecuten la política que les interesa a ellos, o sea, hacerlos sus lacayos mediante el chantaje, la compra o la corrupción; o bien, desprestigiarlos a todos ante sus propios votantes, la ciudadanía. El desprestigio es un proceso simple, pues se les acaba responsabilizando de todo lo nefasto que ocurre, ‘piove, porco governo’, o bien se les corrompe, cosa relativamente fácil cuando llega a la política gente de bajos valores morales y éticos aupados por una sociedad poco exigente, partidista a ultranza e ideológicamente mediocre.

La alternativa es la liberación de la mente del clientelismo político e ideológico, la ruptura con el sesgo confirmatorio, la educación para pensar y discernir, el ejercicio del libre albedrío implicándose responsablemente en la gobernanza mediante el voto. Es un proceso educativo que libera al sujeto de los dogmas y lo dota de criterio, que lo hace más libre a la vez que más comprometido con la propia sociedad, respondiendo y haciendo responder a los gobiernos. Es una cuestión de actitud y compromiso.

Observamos un trabajo subliminal y disruptor, que se realiza desde diferentes medios ya sometidos a la propiedad y dominio de sus amos, que va alienando al ciudadano hasta jugar con ese libre albedrío y hacerles ver verdad donde hay mentira. En ello incluyo la deconstrucción del sistema, de sus valores morales y éticos, del sentido humanista de la existencia, o el cultivo del egocentrismo en detrimento de la libertad y la fraternal solidaridad.

Todos los políticos no son iguales

En todo caso, para conseguir el desafecto entre el pueblo y la política, solo basta con generalizar e incluir a toda la clase política en un grupo dominado por la corrupción, bajo la expresión: «Todos los políticos son iguales». Gran parte de la clase política, que sería la primera interesada en limpiar su imagen, acaba embarrándolo todo con tal de conseguir sus abyectos objetivos partidistas. Incomprensiblemente tiran piedras sobre su propio tejado sembrando el desencanto y la desafección.

Así acabaremos no creyendo en la política, sin diferenciar la política del político, que son, a mi entender, dos cosas bien distintas, aunque deberían ser complementarias. Hemos de creer en la política como forma de gobernar una sociedad y en la democracia como fórmula para controlar, regular y determinar el ejercicio político de soberanía popular. Hemos de reclamar la dignificación de la política y condenar a los políticos y a los grupos de poder que la deterioran, utilizan y manipulan en su propio beneficio.

Es desolador ver como se practica una política canalla, abyecta, torticera y obstruccionista. Existen políticos verdugos de la política, destructores de la convivencia, cultivadores del odio y la confrontación. Son tóxicos antidemocráticos infiltrados en la democracia que, bajo su amparo, solo pretenden dinamitarla. Sus irresponsables y tendenciosas declaraciones, sus insinuaciones, sus continuas hipérboles y elucubraciones siembran desafecto y desconfianza en las instituciones y crean tensiones. Soplan vientos de motosierra, de bulos y mentiras, de negacionismo, de cuestionamiento de la ciencia desde una vulgarización de la cultura y el conocimiento a través de las redes sociales, que desinforman desde la ignorancia mediante ‘influences’ que crean estados de opinión inconsistentes, cuando no perversos.

La política canalla y filibustera

El discurso político se ha hecho canalla. La verdad ha huido de las bocas infectas que solo pretenden preservar sus intereses partidistas y personales buscando el asalto del poder. Todo vale con tal de rendir al contrincante y alcanzar el poder. Es terrible leer las declaraciones de la señora Ayuso a Ana Rosa Quintana. Ya no se trata solo de conductas histriónicas, sino de ideas de referencia con contenido delirante, que pueden cuajar en delirio de referencia patológico con rasgos paranoides, al manifestar que Sánchez la quiere matar… En esos discursos hiperbólicos e irracionales, la realidad no se trata, no se analiza, se oculta, y su virulencia atrona los oídos de la ciudadanía opacando la corrupción de su entorno.

En este estado de cosas, todo está bajo sospecha, los gobiernos, la justicia, los legisladores, pero sobre todo los políticos; o sea, el sistema. De eso se trata de potenciar la entropía que diluya la cohesión social. Los buitres siguen volando, planeando a la espera de que caiga el cadáver, en un harakiri de la propia sociedad, para nutrirse con su carroña. No hacen nada, no dan soluciones, solo van denostando, gritando, oponiéndose a todo, denigrando, identificando enemigos y creando odio, desacreditando el sistema para crear desafección, para que el pueblo, hastiado de la política, busque mesías salvadores que triunfantemente vengan para establecer un sistema férreo de dictado y caudillaje, postergando los valores humanistas de toda sociedad democrática. Entonces vendrá el ‘Cuarto Reich’, que ya asoma la patita, allende el Atlántico, como un elefante en una cacharrería…

Sería conveniente hacer pedagogía. Creer en la política, recuperándola a través del ejercicio decente de la misma. La política es necesaria e imprescindible para gobernar una sociedad. Necesitamos políticos de calidad, implicados y solventes, sosegados y racionales, psicológicamente maduros y democráticos, que respeten la decisión soberana de los pueblos. Para lograrlo está el voto, usémoslo con cabeza. Si eliminamos la política democrática aparecen las dictaduras, que consideran al ciudadano como un súbdito obediente al servicio del sistema, y se amparan en su opacidad para gobernar a su antojo.


 

 

sábado, 1 de febrero de 2025

Atrévete a pensar por ti mismo

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga, el día 01 FEB 2025

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/02/01/atrevete-pensar-113889550.html

Inmanuel Kant

Es un reto que se alza contra la sumisión de determinados seres humanos respecto a otros, que ejercen el poder y el control social y mental a través de las culturas gestionadas en interés propio

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Fue el gran filósofo Immanuel Kant (1724- 1804) el que dijo: ‘Atrévete a pensar por ti mismo’, frase que da título a este artículo. En realidad es un reto, un conjuro rompedor, que se alza contra la sumisión de determinados seres humanos respecto a otros, que ejercen el poder y el control social y mental a través de las culturas gestionadas en interés propio y desde la asimetría del conocimiento. En cierto sentido implica un exhorto a la libertad, a la independencia a través del librepensamiento.

La singularidad del ser humano es su capacidad de pensar, de dudar, discernir y deducir, de computar cognitivamente sus percepciones a través del razonamiento y las emociones. Somos las ideas que fraguamos, crecemos con ellas, mientras nuestro cuerpo físico es, solamente, el continente efímero que soporta el complejo sistema que nos permite elaborar el pensamiento. En este sentido el ejercicio de la filosofía, que nos lleva a cuestionarlo todo, nos inicia en caminos de liberación personal, pues solo quien valora la libertad da importancia al bien más preciado que existe para el ser humano y su desarrollo intelectual.

El declive del pensamiento filosófico

Por desgracia cada vez se apoya más a los currículum docentes centrados en los aspectos técnicos y operativos en nuestras universidades, dejando de lado los aspectos y valores humanistas, donde tiene un papel significativo la filosofía como elemento primordial en la búsqueda de la verdad a través del pensamiento lógico. En este sentido existe un factor disruptivo de especial peligrosidad, como es la Inteligencia Artificial (IA), que podría, no solo socavar el pensamiento humano, sino suplantarlo al obtener crédito como una óptima forma de razonamiento lineal lógico.

Nuestro libre pensar es un derecho intrínseco e inalienable que no debe coartar nadie por causa alguna, ya sea la IA o cualquier otra, pero también una obligación con la sociedad para enriquecerla dentro de la diversidad de visiones del prisma existencial y la propia creatividad. Tenemos la obligación de pensar, de discernir, para crecer y evolucionar intelectualmente, a la par que compartirlo con los demás. La sociedad se desarrolla mediante las sinergias de los pensamientos de sus miembros, mediante el intercambio de las ideas, del conocimiento y las experiencias de cada uno, que ha de tener su proyección social.

Partiendo de este compromiso existencial, tenemos, pues, dos obligaciones sociales: una es pensar y desarrollar ideas, la otra es hacer que trasciendan a la gente para que ellos también crezcan al considerar las visiones y opiniones que aportamos, mediante el análisis y la valoración que pudieran realizar de las mimas. Es más, nuestra propia trascendencia y su solidez, una vez la parca nos arrebate la vida, dependerán de los testimonios que hayamos dejado sobre ella.

Compartir el pensamiento, no imponerlo

Mas una cosa es comunicar lo que pensamos libremente y otra muy distinta es imponer nuestro pensamiento a los demás. José Saramago, premio Nobel de Literatura en 1998, dijo: «He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro». El ejercicio del librepensamiento desde el respeto a las ideas ajenas, desde una mente abierta y en disposición de evolucionar a través de un mayor conocimiento, conlleva un debate sano y fructífero, que no se da cuando se pretende debatir desde la posesión absoluta y dogmática de la verdad. Hay personas que tienen un pensamiento enquistado resistente a la argumentación lógica, que suelen ser los dogmáticos, mientras hay otras de mente abierta y en disposición de valorar todo argumento que le presentan. Tengo entendido que el profesor Tierno Galván decía que hay que leer como beben las gallinas… los que somos de pueblo las hemos observado muchas veces: toman el buche, levantan la cabeza y mira al cielo. En este caso solo se trata de facilitar el tránsito del agua por el gaznate, pero la metáfora visual puede servir.

Según Paulo Bitencourt, autor del libro ‘Liberto de la religión. El inestimable placer de ser un librepensador’, el librepensamiento es el opuesto del pensamiento dogmático… No creyendo en cosa alguna desprovista de evidencias, los librepensadores son inmunes también a todo y cualquier tipo de superstición. Su escepticismo no les deja ser seducidos por ninguna ideología o credo. Son personas que no huyen de la realidad y no son guiadas por supersticiones, sino por la razón, pues es ella la que genera la lucidez productora de ideas coherentes y sensatas. En este sentido el matemático británico del siglo XIX y filósofo William Kingdon Clifford (1845-1879) escribió: «Es un error siempre, en todas partes, y para cualquier persona, creer cualquier cosa con insuficiencia de pruebas». Un librepensador sostiene sus posiciones referentes a la verdad sobre la base de la lógica, la razón y la experiencia, obviando el poder impositivo de la autoridad, la tradición, la revelación y los dogmas.

Malos tiempos para el librepensamiento

No obstante a todo lo ya expresado, los contextos son determinantes para el buen ejercicio del librepensamiento cuando no se dan elementos coercitivos que lo condicionan. Las sociedades donde se reconoce y se defiende la libertad de pensamiento dan fluidez a las ideas y permiten intercambios, que ojalá fueran siempre constructivos, para facilitar la convivencia ciudadana. En los últimos tiempos, por desgracia, las cosas van cambiando y toman protagonismo las posiciones radicales, la vulgarización de la cultura, y la deconstrucción del sistema democrático, en favor de actitudes y conductas que benefician al colectivo oligárquico que asalta el poder, con Trump y sus seguidores a la cabeza.

En el año 2018, el profesor Hernández Diosdado, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, licenciado en Historia Contemporánea y escritor, prologó mi libro ‘Microensayos sobre la vida y las ideas’, donde dejó esta interesante apreciación, incluido un preclaro diagnóstico del momento, cuya advertencia ya se ha hecho presente: «Vivimos tiempos muy peligrosos y no todo el mundo se da cuenta de ello. Estamos al borde de un abismo en que podemos precipitarnos, sin que seamos conscientes del riesgo que se cierne sobre nosotros. Los buitres ya han comenzado su labor carroñera, pero sobrevuelan a la espera de desgarrar por completo la carne de nuestra estabilidad social y económica, sin que en general nos percatemos ni seamos conscientes de ello, unos por ignorancia, por acomodación culposa o por desinterés, y otros por conveniencia: los que se están aprovechando, y continuarán beneficiándose, del festín al ser los autores del desaguisado, y, apoyándoles, sus numerosos, vergonzantes y/o serviles adláteres o acólitos, porque esperan acompañarles en el banquete para ver si pueden obtener algunas migajas».

Atrévete a pensar por ti mismo

Ante esta contundente afirmación tenemos escasas armas defensivas, salvo el ejercicio del propio pensamiento crítico y la potenciación de un entorno donde impere la libertad y el respeto a la diversidad, en una cultura social donde prime la confluencia y las sinergias que nos aboquen al compromiso democrático desde una concepción humanista del proceso evolutivo. Esta es mi propuesta, pero,… «atrévete a pensar por ti mismo» libremente y sin dejarte influir por la manipulación, siguiendo la sugerencia de Kant.

 

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