Para compartir mis inquietudes, para hacerte llegar mis vivencias y experiencias, para estar más cerca de ti, si me lo permites… Tu haces de ellas lo que estimes oportuno, yo te abro una ventana desde la que verás mi propia perspectiva del mundo. Si quieres nos asomamos juntos, si no te apetece basta con no mirar por ella. La filosofía del blog la podrás encontrar en la presentación, donde se desarrollan las causas y objetivos que me planteo con él.
Hoy, relajado y reflexionado, antes
de ir a votar, le canto al sur, a mi tierra y sus noches luminosas, cálidas,
claras y cristalinas que permiten la simbiosis con el cosmos infinito, en una
profunda visión del etéreo espacio cargado de estrellas titilantes y una luna celestina
plateada testiga y protectora de los amores y sentires que cultiva la noche.
Tal vez, en este caso, mi reflexión fue más lejos del voto y vi la nimiedad del
ser humano cuando lo enmarcamos en el inmenso cosmos que nos envuelve.
Corría diciembre
de 1973, un año clave para mí por múltiples hechos, además de ser joven a mis
22 años. Terminaba la mili en Sant Climent Sescebes (En aquellos tiempos coleteaba
el franquismo y era San Clemente de Sasebas, pues el catalán estaba prohibido
como lengua del Estado). Hablo de un campamento militar, de un CIR (Centro de
Instrucción de Reclutas) ubicado en esa localidad del alto Ampurdán, cercana a Figueras.
La Navidad se
aproximaba, la mili se terminaba, y esperábamos marchar licenciados antes de
las fiestas y cerrar, definitivamente, aquella etapa forzada de la vida. No me
puedo quejar comparativamente, pues hacer la mili en la enfermería nos
proporcionaba algunas prebendas prohibidas a otros compañeros de penurias, si
bien prestar nuestros servicios sanitarios a 4.000 reclutas cada tres meses era
un trabajo, en muchos casos, agotador. Fueron quince meses obligados, donde, en muchos casos, se
nos mostró dónde estaba y cómo se ejercía el poder desde la falta de respeto al
ser humano, al soldado, que era un mero servidor del jefe u oficial, más que de
la patria. En más de una ocasión se sentía uno humillado, ninguneado y sometido
a los designios de algún gilipollas (perdóneseme la expresión pero no encuentro
otra más afín) que, al amparo en sus galones o estrellas, se sentía un dios
miserable ejerciendo el poder desde el despotismo y el desprecio al pobre soldado
reclutado, en la mayoría de los casos, contra su voluntad. Era lamentable ver
como una especie de chulo de barrio se creía superior a otro con carreras
universitarias, mayor inteligencia y calidad humana, por el mero hecho de tener
unos galones.
Aún recuerdo el
día 20 de diciembre, estando preparado el macuto para irnos a casa y no volver.
Ese día, un jarro de agua fría cayó sobre nosotros. ETA asesinaba a Carrero
Blanco haciéndole volar por los aires en un atentado espectacular. Todo fue confusión
y caos. La duda era si se nos acuartelaría, si se liaría la de “dios es padre”, o
qué narices pasaría ante tal confusión. Teníamos un brigada ATS, amigo de
juergas y jaranas, de vodkas con naranja, con el que nos unía una gran amistad,
a pesar de ser un militar de profesión. Los enfermeros de reemplazo habíamos decidido,
en caso de que se liara la marimorena, traspasar la frontera de Francia, que
estaba a 7 kilómetros, y evadirnos antes de servir como sostén a un sistema
político agónico con el que estábamos en total desacuerdo. No queríamos participar
en el sostenimiento del franquismo, en
caso de que se produjera un conflicto. Entonces, y en base a la amistad que nos
unía al brigada, decidimos comentarle el proyecto. Su reacción fue furibunda,
nos dejó acojonado, cuando inició su discurso: “Ni se os acurra, antes os mando
a un consejo de guerra esperando se os fusile… (esto nos dejó anonadados,
pensando el error que habíamos cometido al pretender que un militar de carrera
aprobara nuestra conducta, cuando continuó su discurso)… si no me avisáis
antes para irme con vosotros…”. Las carcajadas afloraron a modo de liberación
de la presión a que aquel sujeto nos había sometido. Nunca olvidaré el paso del
miedo a la satisfacción, de la discrepancia a la complicidad.
Pero, veo que ando
dispersando respecto a lo que quería contar, sigamos. En la enfermería habíamos
formado un grupo cohesionado entre soldados y alféreces de complemento en el
que considerábamos incluido al brigada. Enfermeros y médicos nos sentíamos unidos
en el mismo ejercicio profesional, aunque fuera por obligación de “manus
militaris“. No podíamos escapar de aquellas obligaciones pero, desde nuestra insumisa
juventud articulábamos mil estrategias para hacer más llevadera la situación y
distraernos de aquel soberano aburrimiento en los espacios de intercampamento.
Ese año, cuando se
aproximaba la Navidad y andábamos sin reclutas y a la espera de terminar de una
vez la jodida mili, mostramos nuestra creatividad, que siempre estaba aflorando,
como forma de huir de la monotonía. Para ello decidimos montar un Belén. No teníamos
figuras, ni Niño Jesús, Virgen o San José. Faltaban los pastores, las ovejas, la
mula, el buey y demás comparsas. Pero… ¿Qué teníamos a mano? Pues cosas de la
enfermería: jeringas, ampollas, cápsulas, pastillas, tarros de penicilina,
cajas y envases de fármacos… pocas cosas. ¿Cómo hacer un belén con tan pocos
recursos? Entonces inventamos una cosa que ya existía y no lo sabíamos: la
tormenta de ideas, el Brainstorming del mundo anglosajón (ese concepto aparecería en mi vida
más adelante cuando fui desarrollando mi vocación de gestor y psicólogo organizacional).
He de reconocer que se dio con cierto cachondeo y, tal vez, irreverencia, pero
empezamos a pensar qué poner y cómo hacer un Belén como Dios manda, si es que
Dios manda hacer o montar un Belén de alguna forma.
Bueno, decidimos: Unas cajas de
cartón dónde venía material médico servirían para formar el portal y el
castillo de Herodes, mientras que las cajas de medicinas más pequeñas harían de
casas de Belén, eso sí, se pintarían puertas y ventanas y se les daría un formato
adecuado con el que pudieran simbolizar lo pretendido. De San José se pondría
una jeringa de 10 cc. (os recuerdo que en aquellos tiempos las jeringas eran
reutilizables, de cristal, y se hervían para esterilizarlas), la Virgen se
representaría por una de 5 cc. y el Niño Jesús por otra de 2 cc. (perdónadme los
defensores de la igualdad entre hombres y mujeres por esa diferencia entre 10
para San José y 5 para la Virgen, pero en aquellos tiempos las cosas eran como
eran, estábamos bajo el influjo agónico del franquismo, que es cuando los
coletazos son más consistentes). El niño reposaría en un pesebre formado por la
propia cajita de acero inoxidable que se usaba para guardar las jeringas, incluso,
para hervirlas y esterilizarlas. El buey y la mula decidimos construirlos
modelando alambre, si no recuerdo mal.
Luego quedaba lo demás. Los
pastores serían ampollas de 5 cc, el perro del pastor una ampolla de 2 cc, las ovejas
cápsulas de diferentes medicamentos y colores, el ángel anunciador y otros, lo
formaría los tarros de penicilina colgados con un hilo del árbol que estaba anclado
a una cubeta, de esas que se usaban para esterilizar las gasas. Ese árbol de
Navidad, que incluimos en el Belén, llevaba colgados regalitos y algunos
caramelos, mientras el río lo formamos con papel brillante…
Un día, nos dijeron que el
coronel se había enterado de la obra y quería vernos. ¡Córcholis! Lo que
faltaba. Ahora vendría aquel señor serio y malhumorado y nos reprendería por
nuestra irreverencia y por el gasto que habíamos hecho con el material del
servicio, aunque fuera poco. El hombre se presentó, nos cuadramos delante de él
y pasó a ver el invento. Se dio media vuelta tras observarlo y mirándonos,
sostuvo su seria mirada unos segundos, hasta que con cara distendida nos felicitó
por la originalidad de la obra. La noticia corrió como la pólvora… (ya sabéis
que en el mundo militar es normal que corra la pólvora) y pasaron por la enfermería todos los mandos y
la soldadesca del campamento mostrando, en términos generales, su agrado.
Luego, el día 20, saltó la
alarma, se cargaron a Carrero y nos acojonamos en demasía hasta el punto que ya
os he contado. Hoy, no sé por qué, me encontré esta foto que me trajo a la
memoria aquellos tiempos, de los que mi mejor recuerdo es que entonces era
joven y la alegría de ser joven y las ganas de vivir y de fraguar un futuro
pueden con todas las adversidades.
FELIZ NAVIDAD, que los viejos
tiempos no vuelvan y que el futuro se escriba felizmente en el libro de la dicha
con letras de abundancia, paz y encuentro entre los pueblos de España y del
mundo. Espero que este relato, que no es cuento, os haya gustado y sacado alguna sonrisilla de las que deben surgir en estas fechas. Aprovecho para mandar mis recuerdos a mis amigos y compañeros de aquellas experiencias: Tonacho, Tonet y Miguel Cazcarro con quien he seguido manteniendo una intensa amistad... y a todos los demás que fueron pasando por aquel lugar. Aquí estamos los cuatro con el brigada en cuestión.
De izquierda a derecha: Tonet, yo (ambos con bigote), el Brigada, Tonacho y Miguel Cazcarro
Las anécdotas se adueñan de la campaña electoral.
Casi siempre, cuando no se quiere entrar en materia, se busca algún elemento
distractor que evada el tema, sacando el mayor beneficio electoral posible.
Ahora estamos dando protagonismo a hechos de segunda división y obviando los de
primera. No es que no tengan importancia los de segunda, que la tienen, como el
caso de los posibles insultos o, lo que es peor, la agresión a Mariano Rajoy,
que es un delito en toda regla. Este segundo caso, el de la agresión, es
deleznable y producto de una mente perturbada, mal educada en el respeto a las
diferencias, y propia de un sujeto con trastornos de la personalidad, que le
lleva a considerarse justiciero y castigador de los atropellos que, según él,
podía haber causado el gobierno de Rajoy. ¡Cuánto echa uno de menos esa
Educación para la Ciudadanía que debería formar a nuestra sociedad en el respeto
a las diferencias y enseñarnos el ejercicio de la democracia!
Claro que, las formas, en esto de los insultos, son
sutiles. Por ejemplo, si el señor Miguel Ángel Rodríguez, el que fuera portavoz
y ministro del gobierno en tiempo de Aznar, hoy tertuliano partidista en
diferentes medios de comunicación, se permite dudar de la existencia de la señora
de la carta a que se refirió Sánchez en el debate con Rajoy, está tildándolo de
mentiroso y fullero por inventarse ese escrito. Eso, en sí mismo, implica un
insulto. Menos mal que la citada señora llamó por teléfono para mostrar su existencia
y la veracidad de los hechos.
Sánchez, en su desespero por escapar de la
persecución de Podemos por su banda izquierda y del acoso de Ciudadanos por su
banda derecha, arriesgó… se mostró agresivo y contundente (yo creo que se
dejaron cosas muy importantes en el tintero) hasta tal punto que resbaló al calificar
a Rajoy de indecente. Es un calificativo grueso, rechazable y nada diplomático.
Pero, en este país, en los últimos tiempos andamos acostumbrados a oír cosas peores,
no nos alarmemos. No diré yo que el señor presidente es indecente, porque
entiendo que no lo es, pero sí que ha cometido actos de indecencia política. No
es de recibo su mensaje al Bárcenas delincuente, ni su mentira al Congreso, ni
la sombra de dudas que se cierne sobre los sobres cobrados, ni el pago en negro
de la obra de su sede en Génova, ni la falta de contundencia con los casos de corrupción
en su partido, o el mismo incumplimiento de su programa electoral… lo decente,
ante estas circunstancias, siempre bajo mi modesto punto de vista, hubiera sido
presentar la dimisión. Decía Tom Hanks, en Forrest Gump, que “tonto es el que
hace tonterías”. El problema es cuántas tonterías se han de hacer para ser calificado
como tal. O lo que es lo mismo: Como todos podemos ser indecentes en algún momento
¿Cuántas indecencias se han de cometer para ser calificados de indecentes? No
sé, eso lo dejo a criterio del lector.
Pero, ¿es indecente el que usa términos groseros,
descalificativos e insultantes? ¿Se puede volver ese calificativo contra el
mismo sujeto que lo emite? Si hablamos de descalificar o insultar, las
hemerotecas nos pueden dar un amplio abanico en sus formas. Ya que hablamos de
Pedro Sánchez y Rajoy, veamos algunas perlas que el propio Rajoy le dedicó a
Zapatero como forma agresiva de ejercer
la oposición.
Rajoy, en el Congreso, ya había tildado a Zapatero
de:
"bobo solemne", "cobarde sin
límites", "antojadizo, veleidoso e inconsecuente", de tener una
"desfachatez sin límites", "irresponsable",
"grotesco", "frívolo", "acomplejado", o de
"confuso".
Pero también le acusó de:
tener "mala conciencia", chalanear
"con los terroristas", tener "la cabeza de adorno", de
"indigno", "cobarde", “perdedor complacido", de dar
"coces", de comportarse como un "hooligan británico", "radical,
taimado y maniobrero", de hablar "en batasuno" , de
"chisgarabís", de "insensato", de faltarle "criterio y
opinión", de "ambiguo, impreciso, débil e inestable", y así un
largo etc.
En este caso tampoco quedó a la zaga el jefe del
Ejecutivo, calificando el comportamiento de Sánchez, como él lo describió en el
debate: "ruin, mezquino y deleznable”. Rajoy, al igual que bastantes
políticos, tiene un importante ramillete de calificativos poco presentables. No
se nos hagan ahora los señores del PP victimas del insulto cuando son maestros
en ese arte. Quién no recuerda aquella frase de Villalobos a su chofer Manolo: “Venga!!
Coño!! No son más tontos porque no se entrenan”. Otro experto en estos
menesteres era el señor Guerra, agudo y punzó avispero de la derecha en sus
tiempos.
Pero, en fin, dejemos estos asuntos que son cortinas
de humo para no hablar de lo que realmente importa al ciudadano, de cara a
decidir su voto. Le interesa saber, entre otras cosas:
Qué van a hacer con la educación y cuál es el modelo
de ciudadano que piensan fraguar desde la misma.
Qué pasará con la Sanidad.
Qué política laboral pretenden y qué papel juega el
trabajador en los medios de producción y en el beneficio de las plusvalías que
se generan.
¿Tendremos las coberturas decentes al desempleo para
que ningún ciudadano sufra la miseria y la pobreza?
El derecho a la vivienda digna, ¿se respetará y se protegerá
por el gobierno?
Qué solución se va a dar al desencuentro entre un
importante sector de la población catalana y el Estado Español
¿Se adaptará la Constitución a los nuevos tiempos?
Qué pasará con los impuestos.
Qué programas de inversión se establecen para ayudar al desarrollo, a la investigación.
Y otro cúmulo de preguntas y cuestiones que todos
tenemos “in mente”, esperando la respuesta para la próxima legislatura,
referentes a las políticas de la U.E., al TTIP y su repercusión social, a las
energías renovables, a la protección del medioambiente, a la cuestión
religiosa, al conflicto del yihadismo, de las migraciones, etc.
Ahora lo interesante es quien insulta a quien. Esta
especie de Gran Hermano en la política deja fuera de la escena a las cosas
importantes y se fija en las de segundo orden, como decía al principio. De ello
tienen bastante culpa los venales (venales son, según la RAE: vendibles o
expuestos a la venta. Que se dejan sobornar con dádivas) y los llamados “periodistas”, cargados de
ideología, que parecen políticos en campaña electoral, que vemos en los medios
de comunicación, y los “tontulianos” de la tele, que andan más en nimiedades
que en cuestiones de profundidad, y cuando emiten un juicio se ve la voz de su
amo. No tenemos más que cambiar de canal e iremos observando cómo son
utilizados los medios para orientar, cuando no manipular, la opinión del
ciudadano en uno u otro sentido. Ojo, pues, que las cosas no son como nos las
pintan y, sospechamos, que detrás de todo hay algo más que nos sumerge en la
duda.
Pero no quiero dejar de romper una lanza a favor de
los otros periodistas, aquellos que son claros, precisos e incisivos con el
político, exigiendo respuestas a las inquietudes y preocupaciones de la
sociedad. A los que arrojan luz, con sus análisis imparciales, sobre el momento
político y social por el que andamos. Gracias a los que acorralan al político
de turno dejando en evidencia sus deficiencias, sus incongruencias e
incoherencias, a los que exigen que aclaren los programas haciéndoles comprometerse
de cara al futuro, para que luego les podamos exigir el cumplimiento de lo que dijeron
ante tal o cual medio de comunicación. Luego, cada cual, dentro de sus
capacidades y criterios, debe decidir lo que estime conveniente, pero nunca debe
ser como Vicente, que va donde va la gente…
Que usted lo vote bien, o debería decir, tal vez,
que usted los bote bien, pero sin acritud ni insultos, desde la razón y su
soberano voto…
Ya
se aproximan las Navidades y demás fiestas con el fin de año. Os dejo esta
felicitación para todos los amigos y amigas de este blog, montada sobre fotos
de Málaga en estos días.
"Cuando la luz crepuscular se pierde por el horizonte, un nuevo amanecer
pregona primaveras de esperanza".
FELICES FIESTAS DE TODO CORAZÓN a todos y todas los que me seguís.
Reconozco que no vi el
debate, andaba en otros menesteres, pero ¿quién puede escapar a los comentarios
del posdebate? Que si Rajoy se vio acorralado, que si se pasó de frenada Pedro
Sánchez con lo de la decencia o no de Rajoy, que si fue más de lo mismo, que si
ganaron los ausentes, que Rajoy dominó mejor la economía y Pedro las cuestiones
sociales.... etc.
Yo no vi el debate porque
para mí ya se había debatido a lo largo de la legislatura con los hechos mostrados
por cada cual. El debate me parece, no diré una pantomima, pero sí el vociferar
del mercader que a última hora y antes de cerrar el mercado quiere vender el pescado,
como última oportunidad, para aquellos que llegan tarde a la compra. Ya sabemos
qué pescado vende cada cual y cuáles son las normas del mercado que condicionan
las cosas. Ahora nos han abierto otros puestos nuevos donde se anuncian otros productos
que, queramos o no, pueden ser más de lo mismo con algunas variables que
parecen tentadoras. Estamos en la U.E, que es quien decide, y los gobiernos que
la integran seguirán la voz de su amo con ligeros márgenes de maniobrabilidad.
No se van a permitir cambios radicales, véase el caso de Grecia sometida tras
tanta parafernalia de libertad para decidir en referedum cosas que no se pueden
decidir, porque si vas por libre te echan del club.
Ya hice mis análisis hace
tiempo y los fui publicando en este blog. Dije, entre otras cosas, que estábamos
en una guerra de intereses entre los grupos de poder económico y la generalidad
de la ciudadanía. El dinero rompió fronteras, pero los derechos humanos y
laborales se estancaron. Se fabrica a precio de “inframundo” y se vende a
precio de opulencia. Se paga 5 al currante que fabrica en China, India o
Vietnam y se vende a 100 en EE. UU. o Europa. ¿Quién gana? Esa es la manipulación
de la globalización pensada para que gane la banca, o sea, el dinero y el
capital inversor. Yo me pregunto: ¿cómo puede un sujeto acumular un capital tan
grande como el de Amancio Prada viviendo una sola vida? Decía Balzac: “Detrás
de toda gran fortuna siempre hay un crimen”. No diré yo tanto, pero sí una
injusticia. Una injusticia distributiva que ha permitido que la plusvalía
generada por el trabajo vaya a manos de unos y no de otros.
¿Dónde nos ha llevado esto? A
competir, a la baja, con esos países en bajos precios. Estrategia: bajar salarios
para que el capital no se vaya a otro lugar, crear un mercado de trabajo
atrayente al inversor, es decir beneficioso para él… o lo que es lo mismo,
bajar salarios, incrementar los sujetos en venta laboral, facilitar bajadas de impuestos
a las multinacionales y, de camino, abrir nuevos campos de inversión,
privatizar seguros, sanidad y empresas, dejando al Estado como gestor del gasto
de los impuestos, comprando servicios a la privada…. a la americana. Todo lo
que huela a negocio está sometido a la avaricia del mercado, sea sanidad,
educación, asistencia social, seguros médicos, pensiones… allá donde se mueva
dinero quiere estar el capital, porque el capital es el dinero y entiende que
los Estados han de dejar que sea el mercado el que lo regularice todo.
¿Qué ha pasado? Pues que la
mayoría de nuestros políticos juegan a lo que dicen sus amos, que son los que
manejan la pasta. Ejemplo: Llega Rajoy y su partido con unas promesas que
embaucan al electorado, pero cuando toman el poder no cumplen el programa y lo
justifica en su desconocimiento de la realidad, cuando antes había dicho que
sabía perfectamente lo que había. Si se ha de modificar el programa por otro no
votado, se ha de de convocar nuevas elecciones y ofrecer otro programa que
solucione la situación imprevista. Sospecho que, realmente, había un programa
oculto bien planificado. De entrada, vamos a demoler todo lo que te dejen para
reconstruir en la línea de la filosofía liberal, de libre mercado y de domino
del capital sobre los intereses de la ciudadanía. Se salva la banca, pero no a
los hipotecados. Los tres primeros años se deja en caída libre al país y cuando
lleguen las elecciones ya estaremos en una situación de tocar fondo… con un
ligero empujoncito parecerá que empezamos a salir de la crisis, cuando la realidad
es que ya nos hemos instalado en ella definitivamente y se venderá, como
salida, la amortización del impacto. Ya no caemos tanto, ya estamos frenando
esa caída, ya se crea trabajo (eso sí precario, de baja calidad y sueldos por
los suelos como corresponde a la nueva situación) y todos gritamos: "Virgencita
que me quede como estoy"… me andaba ahogando y estos señores que provocaron la
tormenta (me refiero al mundo financiero y sus secuaces) ahora me tiran un salvavidas
para evitar que me ahogue y siga nadando dentro de la crisis, memos mal que, en
el fondo, hay gente buena que aprieta pero no ahoga.
¡España va bien! Qué frase
más merketiniana. Hay menos paro, quiere decir que hay menos personas
registradas en las oficinas del INEM. Pero ¿hay más gente trabajando que hace 4
años? Parece que no. Veamos estas y otras cosillas de interés sacadas de ese
maravillo mundo de internet que nos vacunó contra las mentiras de muchas proclamas
políticas de partidos. Os dejo unos datos en esta tabla:
Otros datos complementarios
de interés:
En empleo público se han
perdido 138.000 empleos desde 2011.
La tasa del riesgo de pobreza
se mantiene en un 22,2 %, pues es la misma en 2011 que en 2014.
El número de ricos creció en
España un 40% desde 2008.
Lo dejo aquí. Creo que nos están
engañando con la información económica y que aquello de que: ¡España va bien! nos
debería llevar a la pregunta: ¿Para quién va bien España? Los que no nos
podemos quejar deberíamos pensar en los que sí pueden y deben hacerlo. Para qué
sirve un Estado, si no es para garantizar la vida digna de sus ciudadanos y no
para ejercer de control de la ciudadanía delimitando marcos de beneficio para
unos colectivos en contraposición a otros. Ser ciudadano de un país debe garantizar
el derecho a esa vida digna. Si se vota habría que ver quién te ofrece esa
posibilidad de justicia distributiva que vele por la calidad de vida del
votante.
No, en los mítines, en los
debates, en la propaganda electoral no se dice la verdad, sino aquella verdad,
o medias verdades, que les interesan a ellos, a cada cual que se presenta. Yo
soy de los que creen en las ideologías, es decir, en una filosofía que enmarca
un pensamiento político que debe orientar esa actividad en la línea de los
objetivos que la propia ideología establece. Cuando aparece alguien que dice no
tener ideología, creo que evita definir el marco que determine lo que se
compromete a hacer. No me gustan esos, los que no hablan de ideología, pero ¿las
ideologías han desaparecido? Espero que no… eso sí, toda ideología debe adaptarse
al momento para gestionar las cosas en función del macro objetivo que tiene
establecido. No es lo mismo anteponer los derechos de la ciudadanía al empresariado
que disponer, desde el punto de vista legal y organizacional, que esa
ciudadanía ha de estar al servicio del mundo empresarial por entender que si
gana la empresa gana la sociedad, cuando eso es falso si esa empresa no está al
servicio de los colectivos sociales. El objetivo es el ciudadano y la empresa
es un medio de desarrollo social y económico que hará que el ciudadano viva
mejor si se realiza esa política de orientar todo al beneficio común de la
sociedad. En ningún caso el Estado debe consentir que una empresa se enriquezca
a costa de la pobreza de la sociedad gestionada por ese Estado. En todo caso, cualquier Estado debe potenciar al empresariado de su país, al pequeño y mediano empresario, como forma de acercar la producción a su pueblo, de implicar la sociedad en esa actividad que debe formar parte del tejido económico y social que enriquezca a esa nación antes que a otras.
Y ahora vote usted. Pero no vea
esto como un partido de futbol entre Barça y Madrid, entre su equipo, al que se
mantiene fiel “manque pierda” y valore el juego de verdad para que gane el
mejor, pues así ganamos todos. Ahora somos los árbitros no los espectadores y
debemos obrar en consecuencia. Si se le ha de sacar tarjeta a este o aquel porque
ha jugado sucio y anda corrompido, se ha de hacer, y si se ha de expulsar del terreno
de juego a algún contendiente también se hace, para eso estamos eligiendo lo
mejor; que se vaya al banquillo y verá las cosas mejor para otra ocasión, para el
próximo partido.
Mas no pierda de vista que los
seres humanos están por encima del mundo materialista que nos quieren imponer.
El desarrollo no es tener más, sino ser más cada día… más inteligentes y
con más conocimiento, más libres para
pensar, más desarrollados intelectualmente, más idealista, más solidario y
pacífico… en suma, más humanos viviendo integrados con un entorno que facilite
la vida de nuestros descendientes, o sea de la especie, en equilibrio sostenido
con el medioambiente.
Es complicado, porque no
encuentro nadie que cumpla estos requisitos, pero de momento ya sé a quién no
he de confiar el mañana, ahora toca devanarse los sesos para ver quién se puede
aproximar más a esa idea que pretendo.
Esta
semana ha sido una semana intensa y fructífera. El lunes un interesante debate,
celebrado en el Ateneo de Málaga, de la mano de José Olivero Palomeque, sobre
el tema: ¿Aprendemos de la Historia? ¿Por qué? El martes, en el aula de cultura
del diario SUR, una no menos atractiva conferencia sobre el tema: “Patria chica
y patria grande: Sentimientos de pertenencia en la España medieval”, a cargo de
José Angel García de Cortazar, catedrático de historia medieval. El jueves una
visita al Museo Ruso, donde pudimos ver el impresionante muestrario de obras de
arte que se han expuesto en esta ciudad, integrantes de la magnífica colección
del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, con más de 400.000 obras en su
haber. Esta tarde, si no surgen inconvenientes de última hora, asistencia en el
Museo Rando a la representación de “TERESA”, una obra de Jesús Baena y José
Infante.
En el
Museo Ruso encontramos excelentes muestras de la iconografía clásica rusa,
heredada como expresión religiosa del ortodoxo Bizancio, y una no menos
interesante colección de obras de arte expresivas de la evolución de la pintura
rusa de los últimos 500 años. Se completa la exposición con una exhibición de
obras del poeta y pintor Pável Filónov, singular personaje que vivió en la
miseria, mientras creaba un imponente conjunto de pintura que se negaba a
vender para que no salieran de su patria. Muerto de inanición en el sitio de
Leningrado por las fueras alemanas en 1941. Su hermana, con el tiempo, facilitó
que su obra fuera conocida formando una importante colección que pasó a
propiedad del Estado. Lo podemos considerar como un “anticubista” basado en el
principio del arte analítico, tal como define su pensamiento: «elcubismorepresenta objetos usando elementos de
su superficie geométrica, pero los "realistas analíticos" deberían
representar objetos usando elementos de su alma interior». Por tanto, habla de
la expresión profunda del sujeto pictórico y no de la superficialidad de la
imagen expresada en sus diferentes caras o planos visuales. Ello reviste a su
obra de un carácter enigmático que lleva, incluso hoy día, a muchos
historiadores a no saber a ciencia cierta qué significado tienen. Aconsejo que
no se pierdan esa exposición tan exótica para los, como yo, inexpertos y
desconocedores del arte ruso. A los amantes de ese tipo de arte les agradará
doblemente, estoy seguro.
Dejemos la obra de Filónov y el museo, pare centrarnos algo
más en la deriva del pensamiento a raíz de las otras dos actividades, el debate
sobre si aprendemos de la historia y la conferencia
sobre la pertenencia.
No podemos deslindar, a la hora de establecer cualquier
análisis de los hechos actuales e históricos, la propia concepción del sujeto,
sus vivencias y sus principios, que matizarán sistemáticamente cualquier
razonamiento analítico, por muy interesado que se esté en mantener la aséptica
posición respecto al hecho analizado. La objetividad máxima del sujeto siempre
tendrá una dosis de subjetividad, que viene determinada por esa singularidad
del individuo. Pero, sabedor de esto, cualquier sujeto que pretenda debatir
deberá considerar que esa subjetividad, que otorga la visión y el análisis
personal de los hechos, tiene como contrapartida válida la visión de los otros,
que aportarán otra forma de ver las cosas para mayor enriquecimiento de cada
cual. Si el debate se plantea desde la mente abierta y desde la modestia
receptiva respecto a la argumentación de los demás, se garantiza un resultado
excelente.
Tras los debates habidos, yo me atrevería a reseñar algunas
cuestiones que fueron centrándose sobre las circunstancias actuales en esta
crisis que vamos gestionando con diferente fortuna:
En primer lugar habría que significar que existe una guerra o
lucha entre el capitalismo salvaje, que intenta controlar la economía mundial,
a través del dominio del llamado mercado libre, y la ciudadanía en general, a
la que este concibe como mero elemento de producción y consumo.
Este intento de controlar las estrategias y gestión política
de la convivencia y de las relaciones intra e internacionales, se da en un
marco de dominio del mercado financiero, del control y sumisión de la clase
política, mediante el gobierno de la gestión económica de los propios partidos,
y de sus intereses personales y colectivos, de la canalización y preponderancia
en el flujo mercantil y económico internacional al amparo de la globalización y
mediante el uso sistemático del chantaje en la gestión de la deuda pública de
cada estado y del control de la crisis.
El capitalismo salvaje busca controlar y gobernar el mundo
desde el factor económico, asimilando el desarrollo con la idea de producción y
evolución de los mercados, pasando por encima de los estados y otorgándose el
poder de un control panestatal donde su influencia abarque al conjunto de los
estados mundiales a través de las economías globalizadas
En este sentido existe una geoestrategia que pretende dominar
las fuentes energéticas en su conjunto. De ahí se desprenden conflictos en
áreas de domino que acaban sacrificando a la población, empobreciéndola y
llevándola a la miseria hasta conseguir su inclusión en la esfera de influencia
de ese mundo dominando. De esos polvos aparecen los lodos que nos inundan y
ahogan con tanta tensión y el cultivo de los psicópatas que siembra el terror y
el odio desde su mediocridad y vileza humana.
Se juegan demasiados intereses internacionales en
determinados espacios, como es el caso del pueblo Sirio, en los cuales el valor
de las vidas de los seres humanos es relativo. Hemos de tener en cuenta que con
8.000 millones de habitantes el equilibrio en la tierra es insostenible. ¿Qué
más da que las noticias de la televisión sean una realidad o una película, si
desde el despacho no se tiene conciencia de la existencia de los que padecen y
mueren?
Si queremos aprender de la historia habrá que criticar la
cultura social imperante y pensar en cambiarla. Esta crisis es una crisis
cultural, no coyuntural o estructural vista a lo clásico. Los principios,
valores, credos e ideologías han de estar al servicio del ser humano y no de
los selectos grupos de poder que se atribuyen el dominio y gestión de los
intereses generales de los pueblos.
El concepto de soberanía popular y democracia choca
directamente con esa concepción de dominio y gestión del mundo desde los
despachos, entre bambalinas, que regentan los poderosos del dios dinero.
Bienvenida la democracia siempre que elijan a los gobernantes que nos
interesan, clamarán desde esos despachos.
El efecto colateral aflora cuando es imposible controlar el
integrismo cultivado y potenciado para eliminar al enemigo establecido en la
geoestrategia, al que se le soportará determinada actividad en determinadas
esferas pero no en el corazón del dominador, al menos que de ello se saque
algún tipo de provecho.
Entonces… ¿Cómo resolver la crisis planteada con el desmarque
de los inoculadores del terrorismo yihadista? Esa es la gran pregunta.
Si el yihadismo ha surgido ideológicamente del mundo
musulmán, es este mundo, con el apoyo de la civilización occidental, el que
debe eliminarlo, neutralizarlo desde la desautorización y condena, desde la
beligerancia, desarmándolo ideológica y religiosamente. El principal actor en
esta lucha antiterrorista ha de ser el mundo musulmán, sintiéndose integrado,
apoyado y respetado por los estados laicos occidentales. El porcentaje de
muertes en actos terrorista en inmensamente superior en los países musulmanes
que en Europa u occidente.
Al constructo Estado Islámico no se le puede dar crédito, no
se trata de una guerra entre estados, sino de la persecución de actos
criminales cometidos por sujetos que violan el derecho a la vida, sujetos que
no son súbditos de otro estado, sino del que consta en su pasaporte.
Es imprescindible el diálogo entre rusos, europeos,
americanos y fuerzas locales para estabilizar la región y crear estructuras de
poder, viables y competentes, en un marco de cooperación y desarrollo de la
zona desde la singularidad de cada país. No es la guerra la solución, sino el
desarrollo de este punto. Hace falta una solución a largo plazo que no es la militar, sino una
solución política y diplomática que no sea una reacción a actos de violencia.
En fin, estas son las posibles
conclusiones que pudieran sacarse de las exposiciones y debates que se dieron.
Pero, como ya he dicho, cada cual, desde su singularidad y personalidad, sacará
los propios.
La revistaTerralacaba de publicarme este relato, pero
como hay gente que comenta no poder acceder a la misma, dejo el enlace a la
citada revista y lo complemento con el texto que se publica. (Para acceder a la
revista cliquea en la palabra Terral que soporta el hipervínculo. Es el segundo
de los tres relatos que se publican).
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Apoyado en el quicio de la puerta, un niño de ocho años,
observaba las calles de la aldea esperando la vuelta de sus padres tras su agotadora
jornada de trabajo en el campo. Era un día gris y nublado, del incipiente otoño
de 1958, que empezaba a castigar con su brisa las mejillas churretosas e infantiles
de los niños a la salida del colegio. En muy poco tiempo se había pasado del
tórrido verano a un octubre amenazante e inhóspito, precursor de un gélido
invierno. El menesteroso vestuario se hacía evidente para dar protección de la
imprevista conducta del alocado clima y un ligero temblar le mostraba su
insuficiente indumentaria para acometer el cambio de temperatura que se iba
manifestando poco a poco. Al fondo, en la realenga, donde los carruajes y las
bestias habían plasmado su impronta dejando una irregular superficie, observaba
el lugar por donde deberían aparecer los hombres y mujeres que volvía cansados
de las labores del campo, mientras un remolino jugaba con la tierra y elevaba
el polvo, como un manto, tamizando el horizonte. Empezaba a sentir frío y
hambre. Sus amigos y compañeros ya estaban a cubierto en sus casas, mientras él
esperaba en la puerta la gratificante imagen de sus padres, sus caricias y
protección, sus cuidados y esmero, que le proporcionaban esa sensación
inenarrable de seguridad… ¡Dios mío, que no me falten nunca! pensaba el
chiquillo. Sentía escalofríos solo con figurarlo, y volvía a su mente la imagen
de Pedro con su tos incontrolable y sanguinolenta, que le había llevado a la
tumba dejando una caterva de chiquillos hambrientos y desamparados, bajo el
paraguas de la madre indefensa.
Su faz denotaba cierta preocupación, su mirada extraviada
y a la vez expectante, mostraba la angustia de la espera. El sol, con su misión
cotidiana cumplida, se inclinaba suavemente sobre el horizonte buscando el
merecido descanso, dando paso a una luna creciente embajadora de la noche. El
día había hecho estragos en su estampa y, la pulcritud matinal, dejada por el
amor de la madre antes de su marcha a los campos, dio paso a su aspecto
desaliñado y churretoso. Cabeza rapada para ahuyentar piojos, sandalias de
goma, pantalón corto marcado con manchas y parches y, a la par, zurcidos
primorosos, camisa de corte casero repleta de lamparones producto de las
travesuras, de sudor y tierra, de llantos y risas, de golpes y abrazos, de
juegos de niños semiabandonados.
Al frente se yergue la nueva construcción de una caseta que ampara al
transformador que ha modificado la aldea. Hasta ahora, junto a las chimeneas,
solo las lámparas de carburo, quinqués y candiles cargados de historia, habían
alumbrado las lúgubres noches otoñales. Aquella mágica luz que guardaba la
caseta y fluía por los cables le maravillaba. Su padre le había explicado el
extraño mecanismo del invento y empezaba a comprender, a su temprana edad, que
aquello cambiaría la aldea, que las cosas ya no serían como antes.
En su casa, la primera radio que había visto en su vida,
le fascinaba. Su padre sintonizaba emisoras, escuchaba el parte, se distraía
con el cante flamenco y las voces de Antonio Molina, Juanito Valderramas, Antonio
Mairena, La Paquera, La Niña de los Peines… Un sin fin de coplas y cantares que
le alegraban el crepúsculo. Era un gran aficionado al cante; incluso cantaba en
los encuentros con los amigos en el bar y durante las faenas del campo. Sus
coplas estaban cargadas de pena, de amores frustrados, de amores de madre y de
hijos. Otras veces eran de alegrías y cantos de vida, de holganza y requiebros,
de enamoramientos. En ese momento, dejándose llevar por el subconsciente empezó
a tararear la cantinela: “El preso número nueve ya lo van a confesar, está
rezando en su celda con el cura del penal…”
Pero hace ya unas noches fue distinto. Esa noche le observó sintonizando en la
radio, con un sonido chirrión de onda corta, otra emisora. El volumen bajo,
casi imperceptible si no estabas cerca. Al final una voz de mujer con tono
chillón anunciaba Radio España Independiente, la Pirenaica. Empezó a escuchar
proclamas extrañas, hablaban de Franco, ese hombre tan bueno, según la maestra,
que salvó a España de tantos males, de los malvados comunistas, de los que
atentaban contra la religión y querían destruir España. Pero esta mujer no
decía eso. Lo ponía de asesino, sanguinario, traidor y fascista, dictador amigo
de Hitler y de Mussolini. Pronto caería su régimen y volvería la república para
liberar a los trabajadores del yugo del capital, pregonaba.
Entonces tuvo miedo. Miró a su padre con preocupación esperando respuestas,
pero él seguía con la oreja pegada a la radio, como ausente, embebido en el
tono y el verbo de aquella señora que iba revelando cosas que no comprendía. Su
madre no dejaba de repetirle que un día tendrían un disgusto, que alguien podía
oírlo y decírselo a los civiles que le llevarían detenido al cuartelillo. Él ya
sabía cómo se las gastaban los civiles, los otros niños mayores comentaban sus
actos, las palizas y amenazas, el desprecio y la soberbia que les caracterizaba
para con los vencidos en la pasada guerra y el servilismo que practicaban con
los vencedores. No obstante, la magia de la radio le llamaba y, con ella y aquel
discurso extraño, abría la puerta de otra dimensión desconocida e intrigante.
Entonces el mundo cambió para él. Todas las noches, sin que sus progenitores se
dieran cuenta, se acercaba a la radio para oír lo que decía aquella mujer y
otros que también hablaban. Disimulaba para que sus padres no notaran su
interés, para que los civiles no pudieran descubrir que lo oía todo. Por la
noche daba vueltas a las cosas intentando descubrir que había detrás de todo
aquello. Perdió la fe en lo que decía la maestra, empezó a descubrir la
injusticia y el abuso del señorito, a sentir pena por el campesino explotado
que rendía su gorra al paso del soberbio señor en su caballo. Le habían puesto
en cuestión el sistema y el orden que lo mantenía. Aquello no tenía por qué ser
así. Por primera vez vio al señorito en simetría con los demás y empezó a no
comprender las diferencias; si su padre trabajaba la tierra más que el dueño,
si los frutos que daban eran producto de su trabajo, por qué el señorito solo
se limitaba a recoger los beneficios. Algo no cuadraba, la tierra estaba aquí
antes de que llegaran los hombres, por tanto, no podía ser de nadie en concreto,
salvo los frutos de la labranza. La había creado Dios y se adueñaron de ella
unos y no otros. La tierra era de aquel señor serio y déspota, que recibía el
fruto del trabajo, mientras su padre lo ejercía sin mayor provecho. En su corto
entendimiento empezó a pensar que solo se podía ser dueño de aquello que uno
había hecho, que había creado el hombre con los recursos de la naturaleza. Algo
no encajaba…
La verdad es que se acababa de sembrar una semilla. Esa semilla daría su fruto
dentro de unos años. Esa semilla era la semilla de la duda, del cuestionamiento
de todo, del pensamiento libre y de la búsqueda de la razón y el sentido de la
vida. Había pasado del conformismo y de la entrega sumisa, al campo del
librepensador, de la duda y la pregunta eterna. Había iniciado su huída de la
mediocridad. En ese momento empezó a asimilar que su lugar no estaba en el
campo al servicio del señorito, que debía estudiar para ser maestro, abogado,
médico o cualquiera otra profesión que le sacara de allí, que le pusiera en
otro lugar para reestructurar al mundo que se le había venido abajo y escapar
de aquella nada. Tal vez la semilla del humanismo empezó a arraigar en su
interior, ese humanismo sobre el que pivotaría el cambio de la España de los
70... Cuántos niños fueron inseminados en esas circunstancias... habría que
dejar crecer ese árbol para recoger el fruto... ¡El futuro se estaba sembrando!
Dentro
de los temas que suelo colgar en este blog, llamado Cosas de Antonio, a veces afloran
cuestiones de tipo personal y familiar, son mis cosas, que comparto con la
gente. Este es un caso de ellos que, posiblemente, solo les interese a los
lectores de mi entorno familiar, a los que va dirigido especialmente.
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A
las migas, para valorarlas en toda su extensión, se le habría de adosar una “a”
al inicio, pues haciendo las migas se hacen amigas y amigos. Cuando el frio se
asoma en el otoño, las migas suelen ser un buen elemento o reclamo para unir a
la gente en encuentros familiares y de amistad. Compartir unas migas es una
excelente oportunidad para verse y disfrutar en familia de una buena mesa con
charla, recuerdos y emociones de un pasado común que se asoma a la memoria
rubricada por la sangre que compartes con tu gente.
Preparando las migas
El
ritual de su elaboración ya es significativo de por sí. Condimentos
elementales, básicos, conjugados con el arte en la cocina del pobre, que las
elevan a manjar divino: pan duro o asentado, aceite, agua, ajo, sal… y lo que
fuere intra o sobre las migas… chorizo, pimientos fritos, melón, granada, etc…
tropezones que le vas añadiendo para darle un toque personal y a tu gusto, en
función también, por qué no decirlo, de tus recursos, pues se solía arramblar
con aquello que había más a mano por la casa.
Pero
lo más importante es el entorno que se crea. Mientras se hacen, con ese meneo
continuo en la sartén y la colaboración de los comensales, se establece un
ambiente de charla distendida acompañada de un picoteo para matar el tiempo de
espera. Allí se habla de todo y, si se es prudente, se evitan los temas
espinosos que te lleven a la discusión. Es oportuno estudiar el ambiente y ver
por dónde anda cada cual para valorar el nivel de implicación y el
posicionamiento ideológico, religioso, incluso, deportivo; los temas de
política, de religión y de deporte suelen despertar pasiones que pudieran
frustrar y estropear una buena comida. Por tanto, busquemos aquello que nos une
para poder compartir con el grupo y evitemos lo que nos lleve al desencuentro,
no seamos impertinentes. Para comer y hacer una buena digestión es necesario un
excelente estado de relajación, un ambiente sosegado.
Hoy,
en casa de mi prima Carmen, nos hemos reunido un grupo significativo de
descendientes de Brígida la Portuguesa, la mayoría de su hija Carmen, y yo de
su hijo José (el Cosario). Conocí a Ana y José, también nietos de Carmen la
Portuguesa, por parte de su hija Carmen y de su hijo Mariano, y me reencontré
con mi tío Juan Manuel y sus tres hijos, Carmen, Dolores y José, sus parejas y
algunos de sus descendientes, jóvenes ellos. Bonito encuentro que quiero
agradecer a Carmen como anfitriona por la oportunidad de remembrar los viejos
tiempos:
-¿Te
acuerdas de los altares que hacía la abuela en el Corpus?
-¿Y
de sus saetas al paso de la procesión?
-¿Y
de sus ramos de flores y coronas?
La familia a la mesa
Claro
que nos acordamos, todo el pueblo la recuerda. Fue una mujer bondadosa y valiente,
como su madre, la bisabuela Brígida, que crió a 11 hijos tras quedar viuda muy
joven. Ella, Carmen, también enviudó joven y crió a sus cinco hijos con
solvencia y cariño. A mi tía Carmen (mi chacha Portuguesa), de la que tengo un
recuerdo excelente de las visitas que le hacíamos cuando mis padres venía al
pueblo, le tengo dedicadas unas quintillas en mi libro “Cuevas de San Marcos,
entre fotos y versos”, que dicen así:
Fue
la hermana de mi abuelo
esta
mujer singular
que
nos mostraba lo bueno
de
su saeta al cantar
a
su Cristo nazareno.
Dominó
con maestría
el
tocado de las flores,
lindos
altares hacía
poniéndole
mil amores
para
el Corpus en su día.
Crió
cinco muchachillos
con
un cariño evidente,
niña
y cuatro chavalillos
que
confirmará la gente
que
fueron buenos chiquillos.
Carmen Porras Perez
Luego
dimos un repaso a los hijos de Brígida, nuestros prolíficos abuelos que nos
hacen una familia extensa. José, Mariano, Antonio, Gregorio, Silverio y Brígido
(que falleció ahogado siendo joven al bañarse en el río Genil en la Aceña) y
las chicas: Dolores, Teresa, Africa, Carmen y Mercedes si no recuerdo mal. Más
de un centenar de primos segundos se dan la mano en esta generación, todos
biznietos de Brígida Pérez Ruano, apodada “Brígida la Portuguesa”.
Mi
tío Juan Manuel, hijo de Carmen la Portuguesa y nieto de Brígida, es un
testimonio vivo de la historia familiar y nos trajo a colación los recuerdos de
la guerra. Cuenta que cuando entraron los falangistas (caballista de Lucena) en
el pueblo y empezaron a hacer tantas barbaridades, matando gente en plan
sumario, abusando y humillando al personal, ellos se fueron a la casa de mi
abuelo, a la Aceña, allí estuvieron hasta que se calmó todo y pudieron volver a
casa sin peligro. Él lo hace presente con lucidez, pues tenía 13 años y fue
consciente de todo…
Aquí
empezamos a recordar los ancestros.
-¿Sabéis
porque se les llamaban los portugueses? Yo os lo cuento:
José Porras Perez
A principio del siglo XIX aparecen por el pueblo dos sujetos
provenientes de una localidad del norte de Portugal llamada Riba de Ancora, muy cercana a la frontera con
Galicia. Se trataba de Felipe Pérez Albarez
(este Felipe sería el abuelo de fray Crispín, al que acaban de beatificar por
haber sido asesinado en la guerra civil) y José Perez Rodriguez, que sería el
abuelo de la bisabuela Brígida y que, en principio, no le toca nada al tal fray
Crispín, tal como demuestro en la entrada de mi blog titulada: Mi bisabuela
y fray Crispín (Una investigación de parentesco) (si quieres leerlo cliquea en el título), pudiendo admitirse,
como algo probable, que los dos sujetos fueran primos hermanos como mucho, dada
la coincidencia de su primer apellido.
Pero
por la fecha en que se casa José (1812) debieron llegar en plena guerra de la
independencia, tal vez de la mano de las tropas portuguesas que apoyaron a los
opositores a Napoleón, comandados por el General inglés Arthur Wellesley, más
conocido por su título de duque de Wellington. Esto, lógicamente, lo planteo
como mera hipótesis, pues no tengo documentación al respecto. Podría haber
otras hipótesis, como que formaban parte de los grupos de extraperlistas o de
contrabando que tanto abundaban por aquellos tiempos en la “relación comercial”
entre España y Portugal, en las que el pueblo tenía su protagonismo dado su
aislamiento geográfico, lo que le permitía cierta impunidad. También, volviendo
a la primera hipótesis, en la guerra contra la Francia napoleónica, se aplicaba
una guerra de guerrillas, al estilo bandolero, con sus partidas y estrategias
que llevaban locos a los franceses. Luego, sus componentes, se asentaron en
diversos lugares donde fueron acogidos y se integraron estableciendo lazos y
vinculaciones familiares. Tal vez ellos dos formaran parte de una de esas
partidas. En muchos casos, tras el desencanto y la desesperanza que trajo el
fin del conflicto que no les integró en actividad alguna, esas cuadrillas ejercieron
el bandolerismo que marcó el siglo XIX hasta su conclusión, en una
confrontación sistemática, hasta la creación, en 1944, de la Guardia Civil para combatirlo.
Pero
volvamos al caso. Ambos casaron con jóvenes de Cuevas Altas. Felipe con María
Valberde Contreras y José con Antonia Quevedo Fernández. Ahora vayamos a
nuestro retatarabuelo (José Pérez Rodriguez), que se casó, como ya he referido,
en 1812 con la citada Antonia Quevedo Fernandez (En algunos lugares la encontré
como Ana Quevedo Melchor), de la que nació el tatarabuelo José Perez Quevedo
(el famoso Pepe el Portugués, que en el registro consta como de profesión
albañil, pero ejercía otras actividades en negocios y empresas no muy
recomendables). Pepe contrajo nupcias en 1854 con Rosario Ruano Granados, una
joven veinteañera que vivía en la actual plaza de la Constitución (en aquellos
tiempos se llamaba plaza del Mercado), y en concreto, en la casa que hoy habita
mi prima Carmen López (de los Chivildos), en el rincón por encima de Galerías
David, donde, al parecer, los padres de la novia tenían una posada, y se
quedaron a vivir allí.
Gregorio Porras Perez
De
este matrimonio, Rosario y Pepe, nacería en 1859 la bisabuela Brígida Perez
Ruano, la Portuguesa, que allá por 1881 se casó con Mariano Porras Repiso, un
año mayor que ella y del que enviudó joven, pero la dejó cargada con los ya
mencionados 11 hijos. Pepe el Portugués, tiene una interesante historia, en el
convulso siglo XIX, que da para otra larga velada cargada de migas y charla,
solo os diré que en el Borge existe un hotel cuya habitación número 4 lleva su
nombre. Os dejo esta foto, que seguro no la conoceréis muchos...
Los
diferentes hijos e hijas de Brígida corrieron distinta suerte, quedando unos en
Cuevas y otros emigraron a diversos lugares de España. Por ejemplo, la tía
Mercedes casó en 1902 con un feriante llamado Manuel Mancheño Cejas que venía
al pueblo vendiendo turrón, de cuyo matrimonio nación un hijo llamado José
Mancheño Porras. Este tal José es el padre del afamado cantaor flamenco, ya
fallecido, Manuel Mancheño Peña, apodado “El Turronero” por tener sus padres
este oficio en las ferias (Ver
enlace). Nació accidentalmente en Vejer de la Frontera en 1947, pero su
vida la pasó en Utrera, por lo que se considera hijo de esa villa. Murió en
2006 de un infarto cerebral cuando contaba 59 años. Trabajó con Antonio Gades y
Paco Cepero, viajó por el mundo con su cante y fue un famoso cantaor en los
años 70, con una amplia discografía. Al final os presento una grabación de un
encuentro flamenco, con mesa velador y copas de vino, junto a Camarón, Paco Cepero
y Paco de Lucia allá por 1972.
Ya
que fray Crispín no tiene nada que ver con nosotros, como queda demostrado en
mi investigación publicada en mi blog, contamos en la familia con un sacerdote,
aunque acabó colgando los hábitos, casándose y teniendo hijos. Me refiero a
Mariano Porras del Pino, que fue cura de Cómpeta allá por los años 60, donde
vivió en compañía de su hermana Brígida, que casó allí con el dueño de los
autobuses que conectaban con Málaga y falleció joven. Creo recordar que el
marido se apellidaba López, si la memoria no me falla.
La
hija África Porras Perez y su familia creo que andaban por la Bisbal, pues
cuando yo vivía en Barcelona solía visitarnos uno de sus hijos que venía a ver
a mi padre. También hay allá, en Cataluña, descendientes de Teresa (un nieto
suyo ha sido alcalde del pueblo hace dos legislaturas), de José (mi propio
hermano y varios primos), de Carmen (Dolores, José y Ana aquí presentes), etc. tenemos
una buena muestra hoy a la mesa.
El
más longevo fue Antonio el Portugués, que vivió en Vadofresno hasta casi
cumplir los 100 años, para los que le faltaban dos meses si la información que
tengo es correcta. Yo le recuerdo con 90 y muchos años yendo a la huerta
montado en su mula y haciendo sus labores de hortelano.
En
fin, si hablamos de todos los descendientes de Brígida, de los apodados
portugueses, no acabaríamos nunca y nos faltarían espacio y datos. Yo
propondrían un encuentro donde nos citáramos todos los herederos de Brígida
Perez Ruano y Mariano Porras Repiso en una comida en el pueblo donde vivieron y
afloró tanta prole, pero ese proyecto lo dejo en el aire para mejor ocasión,
para otras migas “a la portuguesa”.
Y
ahora, querida prima, pásame esa copa de vino, esas zanahorias morás tan bien
aderezadas y el relleno que ha preparado Granizo, que son símbolos de la
cultura culinaria del pueblo, por el que brindaremos desde la distancia, porque
el pueblo no son sus casas, sino su gente y estará presente allá donde estemos
los cuevachos: Brindo por todos los descendientes de Brígida la Portuguesa, en
especial de su hija Carmen y por los paisanos a los que nos liga la sangre…
chin-chín. Después, tras degustar esas excelentes migas que has preparado, con
todo lo que le acompaña, hincaremos el diente a esas empanadillas de cabello de
ángel que hemos traído del pueblo, a ver si ese cabello del tal Ángel me hace
salir el mío y me puebla el flequillo. Por cierto, el pastel de zanahoria morá,
que habéis hecho Carmen y Dolores, estaba de muerte, nos tienes que pasar esa
receta.
Y
ahora podéis escuchar al pariente Turronero, en esas bulerías que os prometí.