viernes, 17 de julio de 2015

¿Dónde está la Europa de la gente?


La insensibilidad y falta de empatía de la Merkel y sus acólitos queda de manifiesto en el incidente ocurrido en una escuela en Rostock, norte de Alemania, con la niña palestina que se puede ver hoy en las noticias de los periódicos (ver prensa). Esa niña, que lleva 5 años en Alemania, que habla perfecto alemán, según parece, y que quiere seguir estudiando, no pedía que vinieran todos los palestinos a Alemania, sino que no se les expulsara a ellos. La dama de hierro no supo o quiso interpretarlo así, mostrando su cara más fría e insensible. La niña lloró desconsoladamente. Esta es la cara inhumana de la Europa alemana. Entonces escribí este poema dedicado a la crisis Grecia. Lo he titulado:

FRÍO INVIERNO
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Negros nubarrones 
se ciernen como una amenaza,
un gélido viento del norte
empuja con saña,
recorre los Alpes
los montes araña
con garra de águila.

Viene de Alemania
cruza los Balcanes
inunda las casas
y esparce la sombra
en la misma cuna 
de la democracia.

La noche se acerca
las tinieblas hablan
y cantan gritando
penas y miserias
de la gente sacra
del pueblo oprimido
al que no permiten 
levante la cara.

De nuevo se asoman 
tras de las montañas
máquinas de guerra 
que son las finanzas,
banca avariciosa
que presta en ganancia
y que nunca pierde
pues pone y retira
como a ella le plazca
gobiernos y mandos
en todas las plazas.

Ese viento frío 
que te rompe y rasga
va calando hondo 
en los desahuciados
en pobres sin techo
en las clases bajas
mientras que los otros
engordan sus panzas
con platos y mesas 
llenos de abundancia.

¿Quién pretende ahora
salir en defensa
de la democracia,
gritar por las calles
por todas las plazas
que ganan la guerra
que no dejan nada,
pues si libremente
bramas y reclamas
puede que te callen
con la ley mordaza?

Estos son aquellos,
de su misma cuna
de su misma casta
te prometen mucho 
y después te engañan,
solo les importa 
ganarse su pasta
mayor patrimonio
mejorar sus casas
tener más acciones
levantar su casta
aunque para ello
mucha gente pobre
tenga que pagarla.

Chiquillo despierta...
¿No ves que te engañan?
Levanta tus ojos
mira tu mañana
que si tú lo observas
verás sus falacias
sus falsas sonrisas
sus rollos y trampas
para que les votes
y seguir haciendo
de su capa un sayo
como su dios manda,
ese dios dinero
que todo lo empaña.


miércoles, 15 de julio de 2015

¿Por qué Tsipras llevó al sur a perder el norte?


Es curioso, pero cuando los políticos hablan lo hacen siempre en defensa propia. Acometiendo al rival sin considerar su responsabilidad pasada. La culpa de lo que pasa en Grecia es de Tsipras, de Syriza. Si ellos no hubieran irrumpido en el poder no habría pasado nada. Como si ya no estuviera Grecia al borde del precipicio donde la condujeron las políticas de sus gobernantes anteriores… esos amigos del PP y del PSOE y servidores del norte. Ante tanto desaguisado, deuda pública, pérdida del PIB, recortes, política de austeridad y sometimiento  a planes de viabilidad inviables, el pueblo griego, al amparo de esa impresión de hundimiento, busca el salvador en Syriza que, con su mensaje, cree que puede  cambiar las cosas antes que dejarlas en manos de esos corruptos, oligárquicos del gobierno que han sido los causantes de la situación.

Un viejo aforismo anarquista dice: “Si votar sirviera de algo, no nos dejarían votar”. Luego llega Charles Bukowski y dice: “La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes.”

Parece que Tsipras no ha caído en ese pequeño detalle. Es ahí donde se fragua la pérdida del norte por parte del pueblo griego. Hay que saber quién manda, quién dicta y para qué sirve el voto. En la U.E. manda el norte con sus dineros, o sea Alemania, y su intención de meter por vereda las costumbres y hábitos de los países del Mediterráneo, los llamados PIGS, que incluye, como ya he dicho en otras ocasiones, a Portugal, Italia, Grecia y Spain. Se refieren a esas conductas anarquistas, de pillería, de viva la Pepa y continua verbena, de copa de vino y tapa, de siesta y picardía, de fandango y de folclore, de poco trabajar y mucho medrar buscando los subsidios y subvenciones. Se ve que ya leyeron el Lazarillo de Tormes y temen que le hagan un agujero en la copa para escaquearles el vino, o ya vieron que el agujero estaba hecho. Por tanto había que dar un escarmiento al lazarillo y ponerlo en su lugar, usar la vara y sacudirle fuertemente para someterlo o mostrarle la puerta de la miseria. No pensaron que lo que había que hacer era alimentarlo decentemente, permitirle vivir una vida más digna. ¿Visto esto a qué lazarillo había que darle? Pues al más débil, a Grecia que era una muestra de lo que no hay que hacer. Ya se le dio sin tener que darle, ya se le montó en el tren, sin billete de pasaje, por recomendación. Grecia es Europa, Grecia está en la OTAN, Grecia está muy bien ubicada geoestratégicamente, Grecia es…  Había que falsear las cuentas, incluso, para hacerla converger, sin pensar en las consecuencias venideras.

Bien, vayamos al caso. Cuando Tsipras llega al gobierno con la mayoría de los votos, comienza a cometer errores de apreciación propios de un idealista que cree en el poder de los pueblos y no cae en que ellos están ligados a otros pueblos allende los Balcanes:
1.     Craso error 1, piensa que tiene el poder. Ve el caos en que andan, la deuda y una economía moribunda, sometida a control por la U.E. y su Troika, que está condenada a no crecer y, consecuentemente, a no poder salir del oscuro pozo donde se encuentran. Recortes, sueldos miserables, bajada de pensiones, sanidad y educación en peligro, el PIB por los suelos, deuda creciendo en espiral, dos rescates previos inoperantes, pobreza y miseria en la calle. Oscuridad en el túnel del futuro… Se plantea acabar con los recortes, dinamizar la economía y hacerla competitiva para crecer, incrementar el PIB y poder hacer frente a las deudas, pero sin que el pueblo griego siguiera sufriendo tantos recortes.
2.     Craso error 2, entonces, al amparo de sus votos, decide jugar una carta fuerte y confronta con la Troika  de tú a tú… la Troika tiene sus formas, más o menos contigenciales, pero sus fondos son incuestionables. Está dispuesta a negociar pero no a cualquier precio y menos con un deudor que tiene el agua al cuello.
3.     Craso error 3, monta su órdago y se va a Rusia, error imperdonable para la Merkel, que anda a la gresca con Putin por la cuestión de Ucrania. Los EE. UU. levantan la cabeza y ven que el asunto, que parecía doméstico, puede trascender a otra dimensión de geoestrategia mundial y se ponen serios, llaman a la Merkel y le dicen que ande con cuidado que se puede montar la Dios es Cristo por quítame allá esas pajas, o esos euros. Esa llamada al orden no le sienta bien a la jefa alemana y la pone enrabietada. Para ella, es traición lo que ha hecho el niño pequeño y ha de ser castigado. En consecuencia aflora la pérdida de confianza, no por el dinero sino por la deslealtad política al bloque europeo. El sarcástico Putin se puede reír en la próxima entrevista cara a cara.


4.     Craso error 4, mientras se negocia duro, en los despachos, donde se ha de hacer según los gobernantes, con un Varoufakis y sus análisis políticos y económicos, que sientan como el veneno a la Troika, este llama criminales al FMI lo que es considerado como una licencia imperdonable por la señora Lagarde... es otro error y ya van cuatro. No se puede tolerar negociar de tú a tú con un país insignificante para el PIB de la UE, y menos sus bravatas y órdagos desmedidos, para esa clase dominante que lo decide todo y juega al metrópolis con los pueblos de Europa.
5.     Craso error 5, sin negociarlo con los interlocutores o pedir su conformidad, Tsipras se monta un referéndum, pensando que el ejercicio de la democracia impresionará a los de la Troika y respetarán las decisiones del pueblo. Si el pueblo rechaza la propuesta de la UE, entiende que esta debería hacer otra en mejores condiciones (candidez política en un mundo de lobos). Pero para la UE no hay democracia que valga. Bastante tienen ya con cuidar para que no salgan, en los países que la integran, gobiernos de oposición. Es un mal precedente, pues el ejemplo puede cundir por otros países y la cosa complicarse. Hablamos de dinero, y lo relacionado con el dinero no está sometido a democracia sino a las decisiones de sus gurús que pueblan el poder, caiga quien caiga. Así pues, retiran la propuesta inicial y queda Tsipras haciendo equilibrios en el alambre. Salga lo que salga está condenado, ese alambre ya no lleva a ningún lado. Acaba de perder la confianza definitivamente de la Merkel y aflora su férrea voluntad germánica: “A este me lo cargo, cueste lo que cueste” (Todesurteil).
6.     Craso error 6, buscar el apoyo financiero de Rusia o de China es una amenaza intolerable, máxime cuando, solapadamente, se vislumbra la amenaza de cambio de bando, ya que eso quiere decir que puede acabar en su zona de influencia, y la Otan no puede permitirse esas ambigüedades, en Grecia tiene sus bases. Grecia no es negociable geoestratégicamente y. si un gobierno hace el intento de subvertir el orden, se resolverá con un Golpe de Estado si fuera necesario. Bajo mi opinión, los militares griegos, que ya estuvieron en el poder con el golpe de los coroneles desde 1967 a 1974 de la mano de Papadopoulos, cuando largaron al rey Constantino, papá de nuestra reina madre, pueden volver al poder antes que dejar que caiga el melón del lado enemigo. Al fin y al cabo, Grecia está donde está por ser de la OTAN, ¿si no cómo le iban a consentir el maquillado de sus cuentas para entrar? Toque a Tsipras, pues, para que se genuflexe ante la UE con su matriarca al frente, de lo contrario acabará la democracia en Grecia para resolver, de forma patriótica, el caos actual. Peligro, determinados partidos políticos pueden quedar fuera de la ley y, tal vez, algún que otro político enjuiciado y en chirona.  Ya se sabe, orden, justicia, obediencia y a trabajar como fuere para levantar al país... o sea, dictadura militar. El poder sigue estando fuera, en manos de los de siempre, de los que tienen y manejan las finanzas.
7.     Craso error  y ya van 7, su trascendencia internacional. El movimiento político que se ha iniciado en Grecia y que tiene proyección en otros países, debe ser eliminado o sometido. Debe fracasar estrepitosamente para que no se reproduzca en otros lugares. Eso implicaría el cuestionamiento de la propia política de la UE, orientada a los mercados, para pasar a la orientación hacia las personas. Tenían que demostrar que no “Podemos”. Solo aceptarán cambios que no cambien las cosas en su esencia. Dicen los sistémicos que en todo sistema hay una plataforma homeostática que define lo permitido y qué cosas sobrepasan los límites. Por tanto, o se somete Syriza o se elimina de una u otra forma, aunque quede algún verso suelto, del tipo de Varoufakis.



El desenlace estaba cantado. La fuerza está del lado de la pasta y de quien la tiene, puesto que el juego está establecido así. Tsipras ha de claudicar ejemplarmente para que sirva de escarmiento a otros pises como España sobre todo, Portugal e Italia. Ha de ser humillado haciéndole firmar un acuerdo aún más draconiano que el anterior. Objetivo eliminarlo políticamente y esperar que vuelvan los otros, los suyos, de nuevo al poder para aflojar la cuerda.

Ahora nos quedan muchas dudas sobre Europa:

1.     ¿Es esta la Europa que queremos los ciudadanos?
2.     ¿Seguirá Alemania con su política de recortes para potenciar su economía mientras ve como se hunde la de sus vecinos y coaligados, mientras la miseria y las necesidades afloran en la periferia?
3.     ¿Es la política alemana la que interesa para el buen desarrollo de la Europa de la gente?
4.     ¿Todo esto no es una advertencia a los países que, como España, andan ahogados por sus deudas?
5.     ¿Tenemos opción alguna para, desde el ejercicio de la democracia, poder cambiar o dirigir las cosas en esta Europa que se nos ha impuesto desde los mercaderes?
6.     En España hay otras muchas dudas, pero sobre todo me pregunto a qué y con quién juega Rajoy, ya que nuestra deuda pública está en torno al billón de euros, pues ha subido un 39% durante su gobierno, mientras la privada y la familiar han bajado considerablemente. Por eso, sospecho que España, en estos momentos, es el perrito faldero de la Merkel.
7.     Y la gran duda, qué nos espera amigos, porque el futuro es inescrutable. Hemos perdido nuestra soberanía económica, nuestra democracia real y, por ende, la capacidad de gestionar nuestros intereses… si el dinero manda, el imperio alemán está llegando al Mediterráneo con la obligada pasividad de Francia… Inglaterra sigue encerrada en su isla, los EE. UU. desde el inalcanzable cielo, nos observan por si hubiera que intervenir. Tal vez se esté fraguando el IV Reich y nosotros, los despreciables PIGS, sin saberlo. Si puedes asfixiar a un pueblo con el dinero, no necesitas tanques para que se rinda… ¿Volverá Rajoy a Hendaya para entrevistarse con la Merkel?

No haremos caso al aforismo anarquista y seguiremos votando, no le tienen miedo al voto, pues para lo que sirve… En todo caso siempre tendrán sus medios de comunicación para crear opinión en la línea que les interesa. La inmensa mayoría es “sometible” desde el sentimiento y las emociones… los racionales y lúcidos son pocos… es bueno dejarlos como un testimonio de un ser humano que no se debe extinguir, como una rara avis que, a veces, nos recuerda que somos seres pensantes y tenemos la capacidad de discernir.

Mientras tanto, creo que el Tsipras genuflexo ante la dama deja bien claro quien manda, ahora queda saber si estamos  en disposición de subvertir las cosas… es decir si Sabemos, Queremos y Podemos hacer otra Europa más humana.




viernes, 10 de julio de 2015

Lucidez y felicidad



Hace ya algunos días vi una entrevista en la tele a Arturo Perez Reverte donde hablaba de la dificultad para ser feliz cuando se tiene lucidez. Decía, entre otras cosas: “Ser lúcido y español siempre aparejó mucha amargura” frase puesta en boca de uno de los personajes del Capitán Alatriste, y él refería que la lucidez en España es muy triste porque ves cosas incluso que querrías no ver… Por otro lado me acordé de las noticias aparecidas en prensa sobre la enseñanza de la asignatura de religión en las escuelas públicas y de sus contenidos. En uno de ellos se hablaba, si no recuerdo mal, de la incapacidad del ser humano para alcanzar por sí mismos la felicidad sin acercarse a Dios. Luego me encontré con la frase del gran filósofo  Friedrich Nietzsche (ver biografía:


“¿Buscamos paz, tranquilidad y dicha? No; buscamos solo la verdad, aunque esta fuese repulsiva y horrible. Aquí se separan los caminos de los hombres: ¿quieres paz espiritual y felicidad? Cree; ¿quieres ser un apóstol de la verdad? Entonces busca.”

Si entendemos que la felicidad, en un sentido amplio, es un estado anímico consciente donde la satisfacción y el contento con el entorno y el interior del sujeto es constante, habría que ver si es conseguible desde el pensar y discernir, analizando ese entorno y el propio e individual mecanismo emocional y conductual. De aquí mi pregunta: ¿Puede ser feliz, en su sentido más amplio, el hombre lúcido?

A  partir de aquí me he parado a pensar en la propia esencia del ser humano y en la situación social que ha ido creando a lo largo de la historia. Nuestro país no sale bien parado de este análisis, tal como yo lo veo. Luego cada cual, sacará sus propias conclusiones. Estas son las mías.

El hombre lúcido, por su propia capacidad de ver y analizar la realidad, acaba abocado a la infelicidad. Todo ello se enmarca en el sentimiento de desesperanza y desasosiego que emana de la compresión de la mentalidad del colectivo social y ciudadano que puebla nuestro país. El hombre lúcido ve más allá de aquello que le muestran, con mayor profundidad y con criterio más analítico y, por supuesto, descubre y enmarca la dinámica de nuestra cultura popular en un sentido más críptico, más oscuro y enigmático, con la desesperanza que otorga el saber hasta dónde da de sí el sistema imperante.

El hombre (cuando digo hombre lo uso en sentido genérico, incluyendo hombre y mujer, por supuesto) lúcido conoce la historia, los avatares por los que fue pasando nuestro país y las formas diversas de manipulación y subordinación a los que sometieron, desde la incultura y el analfabetismo, a nuestro pueblo. La educación y formación ciudadana en el ejercicio del pensar fue yugulada a lo largo de los tiempos. El adoctrinamiento no fue para aprender a pensar y discernir, para desarrollar la mente, la inventiva, la creatividad y el libre pensamiento, sino para acatar y someterse a los dogmas y principios que determinaban las clases dominantes. Subordinación al poder establecido, acatamiento del credo religioso y sumisión al mismo eran los valores que se desarrollaban y mostraban a lo largo del proceso educativo. Aprender a pensar por sí mismo era un atentado a la autoridad, una licencia intolerable al colectivo social. No se predicaba que las cosas se hacen por convicción, por un método racional, por discernimiento y análisis de la realidad que nos rodea, sino porque sí, porque lo dice la autoridad, porque el de abajo está para obedecer al de arriba, que es el que sabe, el que tiene la capacidad para tomar las decisiones. Fuimos un pueblo de rebaño guiado por sus pastores desde tiempo inmemorial, discursos desde el púlpito nos conducían a la obediencia ciega, al dogma incuestionable y al sometimiento, gente sumisa (su misa y su homilía).

Tres votos marcaron la actitud religiosa, la elevación a lo más sagrado de la orientación humana: Pobreza, castidad y obediencia. Pobreza, para aprender a soportar las penuria de la miseria como exaltación de un credo que nos llevaría a disfrutar de la gloria en el más allá, sin rebelarse, aguantando estoicamente los avatares de la vida, los sufrimientos. Castidad, no sé muy bien para qué, salvo para neutralizar el hedonismo que pudiera producir el placer sexual y la felicidad que conlleva y, por ende, al apetito desordenado de la sexualidad (apetito  desordenado que se da cuando ese necesidad no está bien cubierta y se opta por cubrirla con cualquier otro elemento que se tenga a mano, sea pederastia, o cualquier otro forma de satisfacerla, de lo contrario te llevará a la frustración y esta a la inestabilidad del carácter, cuanto menos). Todo esto lleva más esfuerzo que enseñar una buena educación sexual. Por tanto se toleró y potenció el ejercicio de la muerte y la sangre derramada en combates y castigos y se proscribió la sexualidad como algo malo y animal, cuando en realidad es lo contrario. Obediencia, ciega obediencia a los representantes de Dios en la tierra, a los pastores, aliados con el poder, que estaban encargados del adoctrinamiento y la educación de los pocos que tenían acceso al saber. La gestión del dogma era de ellos, de su infalibilidad incuestionable. Fueron los dueños del saber hasta tal punto que se permitieron la elección de los libros y materias que debían preservarse, eliminando, cuando no destruyendo, aquellas obras que pudieran ir contra su credo y su dogma. Los monasterios centraron la actividad de control y distribución del conocimiento.  Por si era poco, llenaron la vida de anatemas, de prohibiciones y pecados, hasta el punto de crear mentes atormentadas por el mismo… mentes culposas que generan la necesidad de un autocastigo que lleve desde la infelicidad autoculposa a la felicidad de la liberación del pecado… Pero he aquí el cultivo de un perverso sistema donde el pecado conlleva la liberación, siempre placentera, a través del sufrimiento, donde no te libera la razón, sino la pena o castigo que has de sufrir para volver a quedar impoluto (esto merece una reflexión aparte).

Cuando el Siglo de las Luces, o la Ilustración, llamó a nuestras puertas, el poder establecido se las cerró con un portazo en la cara, pues era un atentado a su autoridad, a su capacidad de control de sus súbditos y vasallos y a esa estructura adoctrinadora que sustentaba el sistema. Pudo entrar una brisa fresca por la ventana de aquellos que, teniendo la mente abierta, estaban en disposición de aprehender esos conocimientos y actitudes; pero poco, eso sí, pues el sistema los anatemizaba, los excluía como endemoniados que pretendía subvertir las cosas y cuestionar la soberanía del mismísimo rey, que lo era por la Gracia de Dios (Franco también lo fue y así lo ponía en sus monedas) y de la Santa Madre Iglesia.

En Europa afloran las ideas liberales emanantes de la Ilustración, y la burguesía renovadora y progresista va sembrando sus ideales, que se confronta con la concepción de patria y rey, para hablar de ciudadano soberano y de sus derechos, bajo el lema de Libertad, Igualdad y Fraternidad. ¿Y a partir de aquí qué pasa? Pues que se pierde la “Guerra de la Independencia” para pasar a la situación previa de dependencia de la autocracia imperante, que la Constitución de Cádiz, que era un leve despertar del sueño de la sumisión histórica, cae en saco roto de la mano de un Rey Felón y miserable, como era Fernando VII. A este, que traicionó a su patria entregando el trono a José Bonaparte, lo reentronizan a la sombra de las otras recelosas monarquías de Europa. Su vileza se muestra cuando llegado al poder, para lo que tuvo que jurar su acatamiento de la Constitución, traiciona su juramente, intriga contra esa Constitución, la abole y persigue a los liberales que le apoyaron, dejando una de las etapas más negras de nuestra historia, como fue la llamada década ominosa (1823-1833).  En esta década se ejercita la lucha entre hermanos y España queda desgajada de las tendencias políticas liberalizadoras de Europa, donde la revolución francesa fue sembrando ideología, mientras aquí, todo lo que sonara a liberalismo era tachado de afrancesado y traidor a la patria. El siglo de las luces no dejó de ser un leve resplandor en esta España nuestra, un relámpago intenso que iluminó las mentes, pero que una vez apagado devolvió esas mentes a la más profunda oscuridad que conlleva la falta de libertad y el control del pensamiento.

Esa España decadente desde antes de Carlos II, que soportó una guerra de sucesión cuyas secuelas persisten aún, que solo Carlos III supo enderezar temporalmente, seguía gobernada por la oligarquía, por los grupos de poder y malandrines aduladores de reyes ineptos que preferían tener sus validos, cuyo deporte nacional era el nepotismo (eso sigue más o menos ahora) y el ejercicio del mangoneo y la corrupción.  Se instauró, pues, en el ejercicio político, esa forma de gobernar putrefacta e inmoral que se completó con la tragedia de luchas fratricidas por el dominio de la corona y las ideologías (las tres guerras carlistas, una primera república ahogada y la humillante derrota en la guerra de Cuba supuso un shock traumático para los engañados españoles que se creían que aún eran una potencia mundial). Un siglo XIX trágico precursor de otro siglo venidero, no menos sangriento y traumático, para este sufrido pueblo. Luego vendría el intento de ocupar y dignificar aquel ejército, maltrecho moral y militarmente, que acabó en otro drama de sangre y muerte, como fue la guerra de Marruecos, con sus desastres del Barranco del Lobo en 1909 y el de Annual en 1921, a caballo de corruptos generales de intendencia, que llevó a la muerte a miles de ciudadanos inocentes enrolados por narices para defender el honor patrio y su imperialismo frustrado.

Resultado: un pueblo descontento, desilusionado y rebelde con el poder establecido. Con ganas de romper con aquella oligarquía plutocrática dominante y, simbólicamente, llamado “a cabalgar, a cabalgar, hasta arrojarla a la mar”. Las ideologías liberales, socialistas, anarquistas y comunistas se alían para establecer un sistema nuevo, a través de la II República, quitando la soberanía al rey y dándosela al pueblo mediante su voto. Son momentos de ansias de cambio, de reivindicación democrática, de reclamo de igualdad, de libertad, de sueños y utopías. Se avecinaba la revolución pendiente, aquella que yuguló Fernando VII, la que no permitió el poder establecido con la iglesia a la cabeza junto al resto de poderes fácticos. Se potencia la docencia y educación, se crean escuelas, se acerca el saber al pueblo bajo la influencia del extinto Giner de los Ríos y de la mano de su sobrino Fernando de los Ríos, defensor del socialismo humanista, desde una perspectiva reformista y no revolucionaria y dentro del marco político de la democracia liberal burguesa. Parecía que la cosa empezaba a despegar, que el pueblo analfabeto rompería sus cadenas desde el saber mediante la educación. Arduo trabajo al que la república dedicó un especial empeño, sabedora que solo desde el conocimiento se hace a los pueblos libres.

Mala suerte. En Europa corrían vientos de confrontación y conflicto ideológico. El fascismo italiano y el nazismo alemán estaban en auge; el comunismo quedaba lejos geográficamente, pero su expansión y consolidación en Rusia desde la primera guerra mundial había sido total. Las potencias democráticas burguesas o liberales estaban expectantes, inseguras de qué hacer y un posible conflicto en España era cuestión de segundo orden para sus intereses, por lo que se declararon cínicamente neutrales cuando el levantamiento militar.

En estas circunstancias se volvía a cernir sobre España la sombra de una nueva yugulación del proyecto liberalizador. La llamada derecha, los conservadores del espíritu político y religioso que imperaba en el país, no estaban dispuestos a soportar la pérdida del poder y su dominio sobre el gobierno español. La España que se estaba engendrando no se podía consentir. Había que remarcar su intolerancia, la violencia que practicaba, el atentado a la propiedad privada y los principios patrios, etc. había que potenciar y provocar conflictos y confrontaciones que hiciera insostenible la situación hasta levantar contra ella a quienes tenían el poder de la fuerza. Mientras, merodeando por la frontera, estaban los regímenes europeas que buscaban el dominio del continente; por un lado la Rusia comunista y por otro dos de los más beligerantes, los fascistas italianos y los nazis alemanes. Los rebeldes, según se desprende del análisis que plasman un nutrido grupo de intelectuales en el libro “Los mitos del 18 de julio”, fueron fraguando su rebelión orquestadamente con el fascismo italiano, bajo el paraguas de la Alemania de Hitler, desde el mismo momento en que ganó el frente popular en febrero de 1936. Una vez más, aparecía las dos Españas, la de “Vivan las Caenas” y “Viva la Pepa” del siglo XIX.

El poeta describió la situación perfectamente:

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

Después ya se sabe lo que pasó. Ganaron los rebeldes, los que defendían los valores patrios clásicos y el poder de los grupos oligárquicos que lo había ostentado desde siempre. En la postguerra fueron años duros para los vencidos, donde lo importante era eliminar al enemigo, al que pensaba de otra forma… años de controlar el pensamiento, de defender y adoctrinar en el nacionalcatolicismo e imponer, por la fuerza si era menester, una política intolerante con las diferencias. Tiempos de humillación y de muerte, de terrorismo de estado y de cadáveres en las cunetas a modo de escarmiento. Pero, posiblemente, eso hubiera sido lo mismo si hubieran ganado los otros. El asunto es que de nuevo se manifestaban las  dos Españas con toda su virulencia y su incapacidad de comprenderse y de llegar al entendimiento pacífico y a una estructuración del estado que permitiera zanjar las diferencias y modernizar España. Volvíamos a ser la reserva espiritual de Europa y el orgullo patrio del imperio perdido.

Por suerte, hubo una transición donde se pudieron conseguir algunos acuerdos, acordes con el momento, para permitir un cambio hacia otra dimensión. Ya no existía el fascismo, ni el nazismo, que pudiera justificar y avalar internacionalmente esa ideología. Las potencias democráticas, que habían permitido la subsistencia del viejo régimen, como un mal menor, por cuestiones geoestratégicas y el dominio de las bases militares americanas, exigían cambios para aceptar en su seno a esa España que empezaba a renacer de las cenizas de la dictadura franquista. Se pactó una especie de no agresión con base en el pasado, se dejaron las injusticias cometidas por el viejo régimen en standby y se intentaron lanzar pelillos a la mar con tal de ser aceptados por la comunidad europea. Ello ha significado la no reparación de la historia, el no cerrar las heridas del pasado y mantener un ambiente enrarecido al entender gran parte de nuestra sociedad que no se ha hecho justicia, ni se han lavado y curado las heridas.

Cuando se hace este análisis de la historia, con la mayor lucidez posible, no se encuentran motivos para fundamentar sentimientos de felicidad, en todo caso afloran deseos de cambiar esto, pero se sabe que no habrá cambios hasta que no haya una política educativa que los permita y que nos forme en el respeto a la diversidad y nos enseñe a empatizar con los demás, a sentirnos hermanados, amigos, y no rivales perennes con esa carga histórica. Hace falta, pues, cambios a nivel individual y social.



domingo, 5 de julio de 2015

Al final ganó el NO

  
Bueno, parece que ya podemos decir que el pueblo griego, por una considerable mayoría, ha dicho NO (OXI) a la oferta de la Troika. Aunque estos hayan señalado que ya no estaba sobre la mesa, la cuestión es que el listón si estaba; es decir, el nivel de exigencia que planteaban para conceder o ampliar el rescate. Los griegos, que han entendido que hasta ahora solo han tenido sufrimiento con el sistema impuesto por la Troika y pérdida de poder adquisitivo, del PIB, de la renta per cápita, etc. han rechazado la propuesta por entender que era más de lo mismo, han decidido que se ha de elaborar otro tipo de acuerdo que les permita crecer y han delegado nuevamente en Tsipras para que negocie con Bruselas la salida de esta situación que fueron creando con la ingeniería financiera y la mentira de los gobernantes griegos en connivencia con las autoridades europeas, junto al descontrol del propio Estado Griego que parece anda desestructurado y en pañales para hacer viable una economía productiva con suficiente solvencia.

No han dicho, a mi modesto entender, NO a Europa, sino que han dicho NO a su propuesta y SI a seguir negociando hasta conseguir otra más satisfactoria. Yo, en mi modestia, entiendo a Tsipras y comprendo que convocara el referéndum, pues no estaba en su programa someterse al tipo de recortes que le exigían desde la UE. Por tanto, es justo que reclame la conformidad o implicación de aquellos que lo votaron con otro programa o idea (En España eso no se suele hacer, pues,  en nuestro caso, llegan al gobierno, dicen que se lo han encontrado muy mal, aunque antes dijeran que sabían lo que había, y hacen lo que les da la gana dejando de cumplir su programa sin contar con la ciudadanía y su nueva aprobación o convocatoria de nuevas elecciones para aprobar otros programas más acordes… en fin, nosotros somos diferentes y nuestros políticos sí están capacitados para cambiar, incluso, la Constitución a su parecer sin contar con los demás).

No sé si Ysipras se ha equivocado estratégicamente con la convocatoria, tal vez hubiera sido más conveniente convencer a la UE para aceptar que se presentara su postura y ser aprobado por los griegos mediante referéndum, antes de ser firmado el acuerdo, puesto que escapaba de su programa electoral, en lugar de dar esa espantada en plan órdago… eso es cuestión de procedimiento. Les supo mal, muy mal, a los de la Troika, a los de la UE, ese órdago, y convirtieron el referéndum en un plebiscito sobre Syriza y Tsipras. Pero lo hicieron tan mal que se apoyaron en los partidos que acababan de ser desahuciados del gobierno en las pasadas elecciones por considerarlos responsables del desaguisado. Ver a Yorgos Papandreu, del Movimiento de Socialistas Democráticos, a los conservadores de Nueva Democracia, al Pasok y a To Potami defendiendo el SI, no parece ser un buen aval para ganar un referendum que tiene como objetivo reconducir el dislate que estos produjeron. Lo que ahora les deja a ellos, a la Troika, en una tesitura más compleja, pues ya no van contra Tsipras, sino contra todo el pueblo que le apoya (más del 60%). Tsipras ha salido reforzado y en la negociación tiene otro peso, salvo que la Troika decida que se ha de iniciar el camino hacia la salida de Grecia, abriendo un proceso mucho más complejo que acarrearía unas considerables pérdidas a las economías europeas y a la credibilidad de la moneda única.

Para mí hay cuestiones insondables, como puede ser  la posición real de Alemania. Europa no es lo que ellos querrían… les hubiera gustado más una Europa de dos velocidades. Creo, sinceramente, que los países de la periferia, o del sur, los llamados PIGS (Portugal, Italia, Gracia, Spain) no son bien considerados por los alemanes, que siguen, en el fondo, siendo muy suyos, prepotentes y con una cierta dosis de racismo subyacente. ¿No estaremos ante el inicio del proceso de reversión para dejar en la cuneta a los PIGS?

El futuro siempre es incierto, aunque sea previsible en cierta medida. Grecia no es España, ni Portugal, ni Italia, pero está entre los PIGS y es el vecino; ya se sabe… "cuando veas las barbas del vecino recortar pon las tuyas en remojo". Por tanto, es importante lo que pase de aquí a unos días  con el asunto griego. Porque si se le recortan las barbas habrá que ver si es para dejarlo bien afeitado y limpito o si es para denostarlo y arrojarlo al destierro de un monasterio  como le hicieron al rey Wamba. Creo que es mejor que apoyemos una buena solución para Grecia, pues esa misma solución podremos necesitarla nosotros dentro de poco; es más, deberíamos dejar clara una sistemática de resolución de problemas de esta índole para el futuro. La moneda única requiere otras políticas económicas, por supuesto, pero el crecimiento de los países de la UE requieren distintas actuaciones en función de su punto de partida y un trato diferente según el caso; apoyar una economía productiva, que es la que crea puestos de trabajo, en lugar de la especulativa que es la que está desarrollando la banca.

De todas formas, Grecia, ya ha introducido el caballo de Troya en Europa. La UE sabe que existen corrientes, cada vez más fuertes, que defienden otra economía más keynesiana, más expansiva, centrada en la preservación el Estado del Bienestar y de menos recortes, puesto que estos ya han demostrado sobradamente su ineficacia para el crecimiento y el empleo de calidad. Cada vez se grita con más fuerza que queremos una Europa más de los pueblos, de la ciudadanía, pasando los mercaderes a su justo lugar de servicio a los ciudadanos. La lucha interesada de la Troika, que no representa a los ciudadanos de Europa, se ha centrado, en este caso, en eliminar a Tsipras y su gobierno, haciendo saltar por los aires los brotes ideológicos que afloran por Europa reclamando una economía más humanitaria, más racional... que esos brotes sí son un peligro pues los ponen contra las cuerdas en este combate singular entre el mundo del dinero y el de la realidad social. El peligro para ellos está en que dichos brotes ideológicos acaben poniendo en los gobiernos a sujetos no afines a sus políticas y arrojen a la calle a sus benefactores incondicionales.

Seamos serios. Esta crisis económica no la provocó el pueblo, sino el mundo financiero apoyando las hipotecas surprime, la burbuja inmobiliaria, el consumo desmesurado e irracional, dando préstamos locos sin garantía, haciendo ingeniería financiera y economía especulativa, fue una trampa para incautos que empezaron a vivir por encima de sus posibilidades pensando que esto era Jauja, que la gallina de los huevos de oro no se moriría… al final se murió, y  la crisis la sufre el pueblo. Tal vez provocaron la crisis intencionadamente, esperando gestionarla en beneficio propio, como se viene viendo. En la ciudadanía tiene que aflorar la conciencia de que esta situación se ha de reconducir hacia la justicia. No tiene sentido que, mientras duermen en la calle inocentes “sintecho”, mientras han de mendigar la sopa, se llenen los bolsillos con sueldos inmensos los gestores y responsables de la crisis. ¿El “error” de la banca lo tiene que pagar el pueblo?

Concluyo; Grecia es PIGS, al igual que nosotros. Lo que pase con Grecia nos afecta más de lo que parece, tanto si se arregla la situación con concepciones, dejando jurisprudencia para la solución de posibles problemas nuestros; como si se le indica la puerta de salida, dejando los PIGS en PIS con el riesgo que esa puerta abierta conlleva. Por tanto, Grecia, en cierto sentido, somos todos los países periféricos. Vayamos con tacto que nos la jugamos… Ahora nos queda ver como ruge el oso alemán ante estos resultados… Merkel se siente la canciller de toda la UE y domina el escenario. ¿Quién le pondrá el cascabel al gato?


sábado, 4 de julio de 2015

Deuda legítima e ilegítima

  
La primera vez que oí el concepto de deuda legítima e ilegítima me quedé pensativo. Cómo diferenciar una de otra. Entiéndase que estamos hablando de deuda pública, es decir, la que tienen los estados con sus acreedores, o sea, la que tenemos el conjunto de los ciudadanos a través de la hacienda pública, dentro de la filosofía de “Hacienda somos todos”. Ya sabemos que para que funcione un país son necesarios unos presupuestos económicos, una planificación de gastos e ingresos y un balance que determinará si hay superávit o déficit. Cuando hay déficit  se ha de financiar y se suele hacer a través de préstamos pedidos a la banca o a los estamentos financieros pertinentes. Por tanto, cada vez que se solicita un préstamo contraemos una deuda legítima… eso lo sabe hasta el más memo. Pero, entonces, ¿cuáles serían las ilegítimas?

A mí, como profano en la materia, se me ocurren dos tipos. Veamos: ¿es legítimo que un país reciba préstamos de la banca privada a un interés muy superior al que esa misma banca obtiene los dineros del Banco Central, en este caso, Europeo? No parece lógico que el BCE dé unos dineros a bajo interés a la banca privada para que esta haga negocio con los estados cobrando sus préstamos a un interés muy superior al que consigue el dinero del BCE. A este perverso juego se entra mediante el llamado mercado libre ya que los estados tiene que buscar financiación en subastas públicas a las que pujan los bancos y entidades financieras privadas, que a su vez consiguen el dinero de los entes públicos como el ya mencionado BCE, dado que hasta hace bien poco esta entidad no estaba autorizada a comprar deuda pública puesto que el negocio estaba inmerso en el denominado mercado libre y podía chincharle el negocio a la privada con su “competencia desleal”, cosa que ya sí se hace.

Aquí entra en juego la prima de riesgo, que es esa especie de incremento en el interés al que se ha de prestar el dinero para amortizar las posibles pérdidas por morosidad o impago… es, pues, un riesgo calculado mediante las agencias de rating  que definen la solvencia de los estados o administraciones públicas. Mientras que a Alemania, por ejemplo, le prestan dinero a un 1%  a Grecia se lo prestan a un 15,09% dado el riesgo y la insolvencia de la economía griega, lo que llevará un callejón sin salida como en el que anda ese país. Por tanto se está incrementando la deuda en 14,09 puntos  en función de factores especulativos. Esto podría ser una deuda ilegítima, la que se refiere al diferencial de la prima de riesgo (considerando que en este caso la prima de riesgo de Grecia es a día de hoy de 1409 puntos, mientras la de España se sitúa en 145).  Así pues, ya tenemos una primera identificación de este tipo de deuda a la que podemos calificar de ilegítima, ya que ese 14,09% es correspondiente a intereses no lógicos, sino especulativo. En estos últimos tiempos parece que la cosa cambia y el BCE asume una función más racional respecto a la deuda de los países de la UE, comprando deuda pública.

Luego, dado que estamos en una economía de mercado libre, donde la iniciativa privada tiene un papel importante asumiendo beneficios y riesgos en función de su actuación, colegiremos que la gestión de sus balances es una cuestión muy personal y propia de esas entidades. Por tanto ellos ganan y ellos pierden. No podemos privatizar los beneficios y socializar las pérdidas. Si gana, gana la empresa, y si pierde, pierde también ella. Pero si un estado ha de rescatar a una empresa privada está haciendo un uso fraudulento de los recursos públicos, pues está orientándolos a los beneficios de la actividad empresarial privada, como ha ocurrido con el caso del rescate a la banca. Es decir, que está usando el dinero de la ciudadanía para salvar a unos entes privados que han hecho una mala gestión de sus recursos y actividades empresariales. Por tanto, la deuda contraída para salvar a los intereses particulares no es deuda legítima, sino ilegítima. Ya tenemos dos casos donde aplicar el concepto de deuda ilegítima.  

Posiblemente haya otros supuestos de los que se pueda desprender casos de deuda pública ilegítima, donde los recursos no han sido utilizados en la línea de lo público, sino que se distrajeron de ella para pasar a manos particulares mediantes subvenciones ilegales, desvíos por comisiones, mordidas, corrupción, etc. En todo caso estas hipótesis quedan más en el aire, ya que no podemos cuantificarlas hasta que no se destapan.

Pero vayamos un poco más lejos. Hagamos una comparación evolutiva de deuda pública y privada, considerando la deuda privada en las vertientes de hogares y empresas, excluidas las entidades financieras, cuya deuda, de la que desconozco datos fiables, parece que se acerca al billón de euros. Estos serían los datos en millones de euros (Ver más datos en: http://javiersevillano.es/deuda-privada.htm):

Año
Deuda empresas
Deuda hogares
Deuda pública
2011
1.194.031
867.932
743.531
2012
1.082.851
830.879
890.978
2013
993.308
782.982
966.170
2014
948.943
748.357
1.033.857
Incremento del 2011 al 2014

-20.52%

-13.77%

+39.05%





Si nos paramos a observar, apreciaremos que se ha producido una reducción de la deuda de las empresas en un 20,52% en los últimos cuatro años. También ha caído la deuda de las familias en un 13,77%, pero… he aquí que la deuda pública, la de todos los españoles, la que nos atañe a los ciudadanos y que se ha de pagar con nuestros impuestos, se ha incrementado en nada menos que un 39,05%.

Cabría preguntarse cómo y por qué se ha incrementado, para poder discernir cuánto es deuda legítima y cuánto ilegítima. Cuánto se ha engordado con intereses especulativos de la banca y cuánto es por salvar o rescatar a empresas privadas, incluyendo el mundo financiero, o sea, la banca, que se nos ha llevado 88.140 millones según datos de la Vanguardia de junio del pasado año.

Por tanto, yo me atrevería a aventurar que la quita que se debería hacer por causa de deuda ilegítima podría estar en torno a un 20% aproximadamente, considerando estos dos parámetros a que hago referencia de intereses especulativos y de deuda privada asumida por la pública por cuestiones de rescate bancario y otros. O sea, unos 200.000 millones.

Me parece muy bien que a los griegos se les haga una quita de acuerdo a su situación particular, pero que también le hagan a España la quita de la deuda ilegítima, si mis cálculos y apreciaciones no son incorrectos. De todas formas esta reflexión personal está hecha desde mi capacidad de razonamiento en base a lo que conozco, por lo que no deja de ser una visión subjetiva, aunque se objetive en algunos datos concretos, dada la complejidad del mundo de las finanzas y los entresijos que establecen sus “ingenieros” para  moverse por este complicado y oscuro mundo de la economía.

¿Usted qué opina?


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