El credo religioso tiene que ver mucho con el proceso
evolutivo del ser humano. Cada cual cree y se ubica con ello en un tramo de su propio camino evolutivo. Grandes filósofos, científicos y librepensadores fueron
panteístas. Para mí, Espinosa (Baruch
Spinoza) es el gran potenciador de esta visión filosófico-teológica que abrió las
puertas al siglo de las luces y su crítica a los credos, rompiendo con el
encorsetamiento que las religiones ejercían sobre la mente y los credos.
En esta reflexión intento clarificar el proceso
evolutivo de un credo que va desde la sumisión, al librepensamiento; desde el
credo en un dios de entelequia, a un dios real y visible; desde el catolicismo, al ignosticismo y, de este, al panteísmo.
Los que hemos estado, sobre todo en España, sometidos a la influencia de la
fe católico y su adoctrinamiento desde pequeños tenemos un hándicap para
evolucionar, este es cuestionar desde el librepensamiento esa “realidad”
ficticia conforme se abren nuestros ojos ante la vida, los conocimientos y el
uso de la razón y el discernimiento. El dogma es encorsetador y bloquea la apertura de
la mente.
He de reconocer que en mi proceso evolutivo personal
pasé por varias fases: Primero mi infantil fe ciega en la iglesia católica
desde el nacional-catolicismo que nos inculcaron; después, tal vez por un hecho
reactivo ante su incongruencia, fui ateo (El ateísmo es el rechazo a la creencia en
la existencia de uno o más dioses. En sentido estricto, es la postura en la que
no existe ningún dios); conforme fui
sedimentando mi pensar empecé a no negar ni aceptar nada que no tuviera
suficientemente claro y me hice agnóstico (Actitud filosófica que declara inaccesible al
entendimiento humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende la
experiencia. Un agnóstico es aquel que ni cree ni descree
en la existencia de Dios), aunque miré con
cierta simpatía el mundo gnóstico (El gnosticismo es un conjunto de
corrientes sincréticas filosófico-religiosas que llegaron a mimetizarse con el cristianismo
en los tres primeros siglos de nuestra era, y que pretendía tener un
conocimiento intuitivo y misterioso de las cosas divinas); en mis últimos
tiempos pasé a considerarme ignóstico (El Ignosticismo o igteísmo es la posición respecto a la creencia de Dios, en que
primero se cuestiona la definición de Dios. El ignóstico se pregunta: ¿Qué
se entiende por Dios?, para que una vez conocida la respuesta se pueda
comprobar si eso existe o no existe).
Pero
cuando desarrollé mis planteamientos sistémicos, es decir cuando vi el cosmos
como un sistema en interacción constante, donde todos y cada uno de sus
elementos participaban de esa interacción, me acerqué, desde ese ignosticismo,
al panteísmo y creí en una concepción laica de la vida civil donde cada cual
pudiera desarrollar su propia evolución sin estorbarse ni imponer su visión,
ideas o credo a los demás, donde ese “Dios”, de naturaleza cósmica, incluía a
todos los elementos que integran el universo. Nosotros, como elementos de ese
sistema, estamos en interacción con nuestro entorno, con el que nos alimentamos
y crecemos en una espiral de desarrollo hasta elevar nuestro conocimiento hacia mayores niveles de complejidad-consciencia (como refiere Hubert
Reeves), que dignificará al Todo,
porque Dios somos todos.
El panteísmo
es una creencia o concepción del mundo y una doctrina filosófica según la cual
el Universo, la naturaleza y Dios son equivalentes. La ley natural, la
existencia y el universo (la suma de todo lo que fue, es y será) se representa
por medio del concepto teológico de "Dios". La palabra está compuesta
del término griego πᾶν (pan), que significa todo, y θεός (theos), que
significa Dios; así se forma una frase que afirma: todo es Dios y
Dios es todo.
El panteísmo es la creencia de que el universo (con
todas sus extensiones celestes y criaturas) y Dios son lo mismo, o sea, son
uno. Es decir, Dios no es un ente en particular ni una simple energía; sino que
cada criatura es un aspecto o una manifestación de Dios, que es concebido como
el actor divino que desempeña a la vez los innumerables papeles de humanos,
animales, plantas, estrellas y fuerzas de la naturaleza. Algunos pensadores han
considerado panteísta el trasfondo de los politeísmos. La visión panteísta, si es
admitida, aporta un nexo entre diferentes religiones, en especial las no
creacionistas.
De manera general, el panteísmo puede ser considerado
como una ideología filosófica o como una concepción del mundo. En el teísmo se
enfrentan dos términos: "dios" y "mundo". El panteísmo
procede a identificarlos. El resultado ha de ser un monismo (todo es uno), que
puede adoptar diversas caracterizaciones.
1 comentario:
Yo, tambien, me crié con una fe ciega en el Catolicismo, gracias a mis padres y cuatro años de escuela católica. Pero mucho de lo que decían las monjas no tenía sentido. ¿Porque lo que es pecado para nosotros—y la lista era larguísima—no es pecado para los demás? Por ejemplo, ¿Dios me va a castigar a un infierno eterno por faltar un domingo a misa? ¿Me va a castigar solo por tener deseos –digamos, no apropiados—al ver una chica guapa? Parecía que me estaban castigando por ser católico.
Pero todo eso cambio cuando tenía 39 años y leí un libro que describía las experiencias de personas que habían salido de su cuerpo mientras dicho cuerpo había dejado de funcionar, y luego los resucitaron. Eso y otras evidencias que he encontrado desde entonces me convencen que después de un largo camino, has llegado a tener absoluta razón.
Dos cosas que dijiste me suenan de un verdad eterno: “….cada criatura es un aspecto o una manifestación de Dios…..” y “…..cada cual pudiera desarrollar su propia evolución sin estorbarse ni imponer su visión, ideas o credo a los demás, donde ese “Dios”, de naturaleza cósmica, incluía a todos los elementos que integran el universo…..” Si se pudiera convencer los habitantes del mundo de esta dos cosas, este mundo en lo cual vivimos, donde hay tanta pobreza y tanta guerra, donde la mitad de la población se acuesta con hambre, se convertiría en un verdadero paraíso.
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