Opinión
| Tribuna
Publicado
en el diario La Opinión de Málaga el día 15 NOV 2025 7:00
https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/11/15/progreso-habla-123739826.html
O sabemos conjugar los dos progresos, poniendo el económico
al servicio de la realización de los hombres y mujeres de este mundo o iremos
al fracaso
| Viñeta de El Roto |
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El progreso desde la visión
política
Casi todos los partidos pretenden
el progreso y se identifican con él como argumento electoral. Yo pienso, como
es lógico, que el progreso es la base del desarrollo, pero podemos entenderlo
de diferentes maneras y orientaciones. El diccionario de la lengua española, en
una doble acepción, lo define como: 1) Acción de ir hacia adelante y 2) Avance,
adelanto, perfeccionamiento.
Por tanto, podemos decir que sería
el acercamiento al objetivo marcado. La cuestión es: ¿Cuál es el objetivo? Por
un lado, entendemos que progresamos cuando estamos mejor desde un punto de
vista económico, tecnológico, de avances y adelantos materiales. Es decir,
cuantos más recursos tengamos a nuestra disposición nos situaremos en un mayor
progreso. Esto hace que lo midamos en tener cosas y medios para satisfacer
nuestras necesidades básicas, por lo que gozaremos de un progreso material.
En este caso, el desarrollo de la
industria transformadora es el instrumento de elección para conseguir este fin.
Por tanto, todos los ciudadanos deberían asumir como esencial la producción de
bienes de consumo para dotarse de artilugios y aparatos que les faciliten la
vida, dando mayor predominio a la empresa, como medio de progreso y desarrollo,
que al sujeto. La empresa y sus técnicos definen las líneas de producción y los
artilugios a desarrollar y diseñar para satisfacer nuestras necesidades, e
incluso nos motivan para su consumo, buscando siempre su mayor beneficio,
pasando a segundo orden los intereses del consumidor. En suma, aquí, el dinero
y la propiedad de cosas son los indicadores del progreso y, por ende, el
objetivo del mismo.
Existe otra idea de progreso
orientada al desarrollo personal, a la autorrealización y a la maduración
del ser humano, entendiendo lo material como instrumento a su servicio y no
como objetivo final. El ser humano, según mi criterio, ha venido a este mundo
para realizarse, para evolucionar en un sentido integral. Para mí esta es la
base del desarrollo y del progreso; la que antepone al individuo sobre
cualquier otra cuestión. Importan los aspectos relacionados con su formación
personal, el desarrollo de su libertad, capacidades intelectuales y
potencialidades, su espíritu crítico, su creatividad, junto con la educación en
valores sociales de tolerancia, igualdad, comprensión, implicación, responsabilidad,
solidaridad, apertura de miras, etc. que permiten una justa convivencia en paz
entre los pueblos y, por ende, el progreso de la sociedad.
Progresar es cultivar la esencia
del ser humano
Lo importante no es el tener, sino
el cultivo de la esencia del ser. En este caso, el ser humano es el bien más
preciado, con una espiral de potencialidades a desplegar que garanticen una
sociedad de verdadera evolución en libertad responsable. Bajo esta perspectiva,
todo el sistema debería estar enfocado a ese perfeccionamiento del sujeto, a
una conjunción social donde los intereses económicos de grupos no primaran
sobre los valores de convivencia y progreso social, permitiendo el desarrollo
de la espiral de potencialidades a que me refería. Lo esencial no es que las
empresas tengan mayor o menor beneficio, que también, sino que estén orientadas
al servicio del ciudadano. La producción se ha de considerar conjugando las
necesidades humanas con el menor daño posible al ecosistema y procurando la
preservación de la especie y su entorno.
En las últimas décadas se observa
un incremento de la influencia de las empresas, sobre
todo multinacionales, en la orientación de la política mundial. La
economía es preponderante sobre cualquier otro principio, donde lo
importante son los beneficios y el flujo económico. Las personas son usadas
como instrumentos directos o indirectos para este objetivo, que es la cuenta
corriente y los beneficios de las acciones, así como el cómodo sillón para
asomarse a la ventana de esa vida virtual, donde se confunde realidad con
ficción. La imagen de una muerte o situación de violencia en una película tiene
el mismo valor que la de una realidad objetiva. Se acepta con indiferencia
el exterminio de los malos, que quieren yugular el progreso económico y
bienestar social. Desde su cinismo, la oligarquía dominante, interpreta que su
obligación está en llevar el progreso a todo el globo e incluirlos en este
sistema de desarrollo, en esta dinámica de producción y consumo, aunque sea a
sangre y fuego.
Neocons y neoliberales
El proyecto ‘Neocon’ (no me
extenderé en mayor exposición) controla medios de comunicación y económicos que
generan el dominio sobre gobiernos y estados a caballo del neoliberalismo,
persiguiendo el global dominio de los EEUU. Sus algoritmos permiten el tutelaje
sobre la gente para reorientar opiniones y criterios según sus
preceptos y objetivos. Las grandes revoluciones sociales han sido reconducidas
y los principios de libertad, igualdad, fraternidad están dando paso al individualismo
insolidario.
El ‘progre’ lo asocian a sujetos
descuidados y de moral laxa, con un leve componente trasnochado y una gota de
locura genial, que le da cierto encanto, pero ya en periodo de extinción. La
democracia la han centrado en la opinión política y no trasciende a la cuestión
económica y social, salvo lo justo, lo que les interesa. Tienen psicólogos,
sociólogo, politólogos, y todos los ‘ólogos’ que quieran, para
crear opinión pública que apoye sus políticas. Compran medios de comunicación,
periodistas, políticos, religiosos, científicos y cuanto profesional necesitan
y aquellos que no se pliegan a sus designios los denuestan y descalifican. Eso
sí, todo lo hacen por el bien de la sociedad, porque ellos saben lo que le
interesa y qué es lo mejor para ella. Son los iluminados por Dios para encausar
la civilización mediante su idea de progreso. Los gobiernos yacen rendidos a
sus pies. Si no cumplen los asfixian económicamente y los cambian
‘democráticamente’ (el pan da el voto)… Por todo ello, queridos amigos, me dan
miedo los ‘Neocons’ y sus planteamientos. ¡Poderoso caballero es don Dinero!
Conjugar las dos ideas de progreso
Pero, ¿dónde está el futuro? O
sabemos conjugar los dos progresos, poniendo el económico al servicio de la
realización de los hombres y mujeres de este mundo o iremos al fracaso. Los
intereses económicos sobre los de desarrollo humano desembocan en la
deshumanización y al mercadeo alienante, como se ha demostrado a lo largo de la
historia. El desarrollo de valores y principios de convivencia y de justicia
social llevan al encuentro y entendimiento de las distintas civilizaciones.
Se pretende globalizar un
mundo para el mercado de capitales y materias, pero no para la igualdad y la
justicia. No se busca, en primer lugar, el bien de los habitantes del planeta,
sino el de las empresas multinacionales. El problema es que estamos
subidos en un carro del que no nos podemos bajar, salvo que nos convirtamos en
sujetos marginales. El reto está en reconducirlo y orientarlo hacia
unos objetivos basados en principios de desarrollo humano universal y poner a
la empresa al servicio de los intereses de hombres y mujeres y no al revés. El
instrumento, desde la política, es la legislación. Para hacer leyes
consecuentes con estos objetivos hemos de identificar los programas y
principios de los partidos que estén en esta onda, pero sobre todo demandarles
que respeten la soberanía de los pueblos y la antepongan a los beneficios
económicos de las multinacionales y la especulación, exigiéndoles
someterse a los intereses ciudadanos.
En resumen, el asunto está en tomar
conciencia del problema y desarrollar criterios sociales y políticos que
modifiquen la tendencia al enriquecimiento material de colectivos sin
escrúpulo, dando protagonismo al segundo concepto de progreso que he barajado,
con su contenido humanístico.
Nuestra simbiosis con el entorno
Por otro lado, el progreso tiene
una relación directa con el entorno que nos envuelve, al que hemos de respetar.
Nuestra cultura es agresiva con él, poniendo en peligro el ecosistema,
despreciando a la tierra, en contraposición a otras, como por ejemplo la
indígena de los Andes, que llama a la tierra Pachamama o Madretierra, por la
que siente veneración y respeto. La naturaleza es nutriente y de ella depende
nuestro sustento. El futuro está ligado a su capacidad de alimentarnos. Por
tanto, es de inteligentes conservarla y mantener una simbiosis con ella y con
todos los elementos que la integran.
Por tanto, el progreso del ser
humano pasa por respetar el ecosistema y por potenciar la evolución de las
personas desde su propia esencia, dejando de ser un sujeto sumiso para
convertirse, como objetivo, en un elemento equilibrado del sistema.
1 comentario:
El progreso siempre es avanzar no retroceder, aunque los políticos en sus mítines digan que todos van hacia el progreso después vamos comprobando que no todos llevan la misma intenciones el ser humano debe de ir hacia adelante por sí mismo, y ayudado por los avances que están al alcance de nuestras manos. Como siempre un maravilloso artículo Antonio felicidades.
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