Opinión
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Publicado
en el diario La Opinión de Málaga el día 05 JUL 2025 7:00
https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/07/05/intenso-semana-119373964.html
Sánchez
también ha de mover ficha en estos días de cónclave socialista, con el Comité
Federal, en un incierto tablero donde no se descarta un resbalón del rey en
caída libre
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez / Rocío Ruz - Europa Press
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Revuelo ‘habemus’ en este intenso
fin de semana. PSOE y PP se la juegan, cada cual en un espacio y circunstancia
diferente. En el Comité Federal el PSOE y en su Congreso el PP. Dos
imprescindibles encuentros de cara a seguir caminando hacia el futuro.
El PSOE tiene que aclarar muchas
cosas. Aunque siempre se ha de contar con la presunción de inocencia, existen
sospechas fundadas sobre la supuesta corrupción. Despejar dudas, aun siendo
complicado, debe ser el principal objetivo en política para seguir contando con
la confianza de la ciudadanía, puesto que los contrincantes se encargan
alevosamente de sembrarlas. Dado lo ocurrido solo cabe un cambio radical que
limpie y garantice que no se repita la supuesta barrabasada. Tal vez deberían
de separar, como hace el PNV, la gestión del partido de la gestión del
gobierno. Seguimos expectantes…
El PP no acaba de encontrar el
sitio adecuado para ejercer una oposición eficaz. Anda enredado en contubernios
intrigantes, con un estilo bronco, faltón y barriobajero, impropio de un partido
de Estado. Solo tiene la puerta abierta a su derecha. Quiere acceder al poder
por demérito del otro, sin clarificar su compromiso programático. Lo suyo sigue
siendo el acoso y derribo del ‘sanchismo’ como eje fundamental de su
estrategia, obviando su propio pasado infecto. Parece que ahondará en ello con
Tellado como secretario general.
La gota china, aunque le digan
malaya
Esa estrategia, metafóricamente
hablando, se asemeja a la gota china, que era un método de tortura psicológica.
Una gota de agua fría golpea cada cinco segundos la frente del reo. Esta
situación quebraba voluntades.
La uso como metáfora o símil para
constatar lo que le ocurre al gobierno y en concreto a Pedro Sánchez. Cada
lunes, más o menos, cae una gota sobre su frente, machaconamente. Parece que
hay un dios menor que anda por ahí controlando el suplicio. Tal vez sea el de
la iglesia aznariana, como dice Wyoming. Ya se sabe, aquello de: «El que pueda
hacer que haga…». Lo cierto es que, vaya casualidad, el hecho se repite con
precisión matemática cada semana. Debe haber un interesante almacén de gotas de
agua que podría acabar perforando la roca, imponiéndose a los logros de Sánchez
por muy meritorios que sean, o tal vez no…
Cuesta sustraerse al influjo
machacón de algunas verdades y otras insidias, con las que se construye el
relato exterminador del «pérfido Sánchez». El omnipotente Pedro todo lo puede,
incluso cargarse la Constitución y su entorno legal. Nunca soñó Pedro con tanto
poder como el que le otorga VOX y PP. Él es responsable de todo lo que pasa en
este país; eso sí, solo de lo malo, lo bueno queda para los otros, o no se
nombra.
Sánchez parece noqueado ante tanta
evidencia, pero cuidado, dada su resiliencia e instinto, puede surgir un Cid
Campeador que, aunque parezca muerto políticamente, salga al galope en caballo
corredor y derrote a las huestes enemigas, aprovechando que celebran con
algarabía el presumido éxito.
Las gotas del WhatsApp
El WhatsApp gotea cuando se invade
la intimidad y logra informaciones desde el filibusterismo político e
investigador. Como ejemplo tenemos los WhatsApps de Sánchez y compañía. Ni el
WhatsApp del más santo resistiría su publicación. Malparado saldría, al igual
que hemos de salir todos cuando hablamos en la intimidad, cuando se nos va la
lengua más allá de lo prudente, sin pensar en las consecuencias, diciendo lo
que realmente pensamos de determinados pendejos.
Sería un buen ejercicio de honradez
y ejemplo de honestidad e integridad ética y moral, conocer todos los WhatsApps
de los políticos. Especialmente de los más beligerantes y aguerridos, los que
insultan y descalifican, el de los amantes de la fruta… Además de Sánchez y
todos los presidentes autonómicos, los Koldo, Ábalos y Cerdán, los Mazón,
Feijóo, Tellado, MAR y Ayuso, Abascal y Ortega, por poner algún ejemplo, sin
olvidarse algún que otro juez… y, si me apuran, los de las empresas
supuestamente corruptoras que contratan con la Administración.
Lecciones de honradez
Dada la trayectoria de los partidos
políticos en nuestro país y lo acontecido en décadas pasadas y el presente,
tanto a nivel nacional como autonómico, no creo que el PP esté para dar
lecciones de honradez. El lastre que tiene de corrupción lo descalifica por
mucho que descargue culpas sobre el ‘sanchismo’, acusándolo de todo lo habido y
por haber y condenándolo de antemano. Muestra una forma mesiánica de
presentarse como salvador o alternativa al caos que van cultivando ellos
mismos, escondiendo lo que porta su mochila.
En todo caso, el PP, no expone el
contenido exhaustivo de su programa, si es que lo tienen, lo que nos mantiene
en la duda sobre qué quiere hacer cuando llegue al poder, aunque lo podamos
imaginar por declaraciones de su líder, incluyendo algún lapsus linguae.
Lógicamente cuesta dar un voto de confianza a quien no es capaz de hablar claro
y exponer lo que pretende hacer, aunque algunas decisiones de sus gobiernos en
comunidades, aliados con VOX, lo adelanten.
El congreso del PP
El programa de Sánchez ya lo
sabemos, con luces y sombras, por la experiencia habida, y cada cual lo valora
según su santo parecer. Ahora, tras el congreso de este fin de semana puede que
el PP nos aclare el suyo. Es estrictamente necesario para ganarse la confianza
del electorado si quiere acceder al gobierno del país. El fin de semana se la
juegan y ha de dejar claro para qué quiere el poder, así veremos el apoyo que
genera su proyecto.
Sánchez tiene otro dilema de marca
mayor, referente a la supuesta corrupción de Cerdán y compañía. También ha de
mover ficha en estos días de cónclave socialista, con el Comité Federal, en un
incierto tablero donde no se descarta un resbalón del rey en caída libre. Todo
depende…
Por otro lado, hemos de reconocer
que Feijóo lo tiene difícil. Solo puede mirar a la extrema derecha, como ya he
referido. Pero ese hijo pródigo es exigente y quiere matar al padre, en plan
Edipo, para ostentar más poder desde su ‘pureza ideológica’, como ya ha
demostrado en Murcia y otros lares. A su izquierda, caminando por el centro, se
topa con el muro que fraguó ante los nacionalistas, con quien siempre se
entendieron, pero ahora, con VOX en la ecuación y algún fallo garrafal, no cabe
entendimiento. Entenderse el nacionalismo español y el catalán o vasco es un
oxímoron, dado que hablamos de conflicto por un mismo espacio geográfico.
Demasiadas preguntas en el tintero
El PP no puede tener como carta de
presentación exclusiva el derogar el ‘sanchismo’. Tiene que plantear qué
pretende hacer para que la gente valore su opción. No vamos a votar para peor,
supongo. Los ciudadanos tenemos demasiadas preguntas en el tintero sin
respuesta. Esperamos aclaraciones de los casos de corrupción, no solo los
presuntos del PSOE en investigación, sino los del PP que están pendientes de
juicio y los que se están instruyendo y afectan a diferentes comunidades. Sería
bueno que al votar ya tuviéramos información sobre los fallos judiciales
referentes a esos casos que preocupan, tanto de unos como de otros.
Tengamos fe en que la justicia se
imponga dejando bien claro la ausencia de intereses partidistas en el mundo de
la judicatura, despejando las dudas y sospechas que pululan sobre la excelencia
de los proceso de instrucción habidos y una posible doble vara de medir.
El pecado original de la derecha
española
El pecado original del PP está en
su propio génesis, pues es hijo de Alianza Popular, creada por exministros
franquistas. O sea que, en su esencia, tras cuarenta años, subyace la ideología
del viejo régimen, aunque se diera una extraña metamorfosis en la transición.
Mientras que parte de nuestra derecha es hija del fascismo, la derecha europea
luchó y lo derrotó. He ahí la diferencia. En realidad nuestra derecha es
heterogénea, donde anidan diferentes sensibilidades. El PP debería reconsiderar
esa situación y, dado que VOX asume esa representación, mostrarse como
homologable a nivel europeo, dando la espalda a los postulados extremos. Pero
el riesgo es grande, porque puede haber un importante trasvase de votos. No se puede
obviar la larga mano del Caudillo…
Mientras tanto paciencia ciudadana
y a verlas venir antes que dejarse llevar por discursos torticeros y cantos de
sirenas. Ahora, cuando la política se muestra excesivamente tóxica, se requiere
una sosegada reflexión.
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