Hola amigos y amigas, la cosa está mal, pero el humor tal vez sea la mejor forma para afrontar con ánimo las peores situacioens. Hoy os dejo este romance satírico que espero os saque una sonrisa.
EL CONFESOR DESPISTADO
(Romance satírico)
A mi pueblo llegó un cura
que acabó hasta los “sermones”
de confesar a las damas
de todos sus tropezones.
Al llegar a la parroquia
pidiéndole confesión
incluían en sus pecados
caídas por tropezón.
El cura muy sorprendido
ejerciendo su bondad
le hacía ver a las damas
que aquello no era maldad
en todo caso sería
accidente ocasional
entendiendo la caída
como cosa accidental.
No sabía el buen prelado
que ya con su antecesor
llegaron a un gran acuerdo
para evitar el pudor;
las señoras confesaban,
al cura, infidelidad
ante su pobres maridos
en flagrante deslealtad.
Aquel viejo confesor
queriendo evitar tensión
dentro del confesionario
propuso una solución,
el sexo extraconyugal
lo asimiló a tropezón
y la señora diría
las veces que tropezó:
“Ave María purísima,
yo le vengo a confesar
que he tropezado tres veces
sin poderlo remediar”.
Él le daba reprimendas
consejos y soluciones
para evitar el pecado
en futuras ocasiones.
El nuevo desconocía
que aquel lenguaje implicaba
un acuerdo con las damas
que a entrambos les aliviaba.
Mas el párroco queriendo
evitar los accidentes
pensó al alcalde del pueblo
ponerlo en antecedentes.
El cura se fue al despacho
para denunciar el hecho
de un resbalón por las calles
que no se ajusta a derecho.
Escuche señor alcalde,
le dijo el de la sotana,
en este pueblo la gente
tropieza cada semana…
¿usted no ve conveniente
el reparar las aceras
y que la gente camine
segura como la seda?
El alcalde conocía
lo del verbo tropezar
confesando los pecados
de sexo e infidelidad.
Lo encontró tan divertido
que no se pudo aguantar
soltando una carcajada
que sonó monumental.
Mas el cura sorprendido
de reacción tan singular
al regidor le responde
sin poderlo remediar:
“Señor alcalde usted ría
pero la cosa está mal,
si no pregunte a su esposa
que es la que tropieza más”.
Autor: Antonio Porras Cabrera
Málaga, 19 de febrero de 2021
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