DE DIOSES Y
NIÑOS
En la mirada
de un niño descubrí
la desnuda
verdad de Dios
ellos son en
realidad los únicos dioses
los únicos
espíritus libres
no los
amaestréis como a monos de feria.
Diógenes
Kynikós
Esta reflexión me crea una duda, unas preguntas que me llevan
a un debate:
- ¿Hasta qué punto el ser humano lleva en sus genes
una forma de desarrollar su intelecto, su conducta y su forma de entender el
mundo?
- ¿Hasta qué punto la sociedad debe
actuar sobre él?
- ¿Hasta qué punto esa actuación no
es una intromisión para domarlo y someterlo a los intereses imperantes del
poder establecido en esa cultura dominante?
- ¿Hasta qué punto no están muchas
respuestas sobre el ser humano en el interior del sujeto que se reprime en su
expresión?
Si el enfoque es de sometimiento
servil al sistema, de asunción incontestable a la norma, de sacrificio por los
intereses ajenos, ese niño está condenado a la represión, a la rendición a la
autoridad impuesta y a la renuncia a su propia esencia… será amaestrado como un mono para que sus conductas
sean las que se esperan de él. Se le indicará qué tiene que amar y odiar, por qué
tiene que morir y que matar, qué está bien y qué mal, cuáles de sus impulsos ha
de controlar por inadecuados o impropios, cuales son las emociones y actitudes
y dónde ha de volcarlas. Esta sociedad siempre ha forjado esclavos de la misma.
Los libertadores fueron reprimidos y cuando llegaron al poder acabaron adoptando
las conductas impropias que decían rechazar. Esta sociedad no busca el
desarrollo de las personas sino el sometimiento al orden establecido. Un orden
donde los principios y valores los imponen las religiones, los grupos de poder
y las ideologías que los sustentan.
Si se educara para la libertad se
potenciaría ese espíritu libre del niño, que emana del Dios que lo crea, para que
se desarrollen en un campo de labranza, en este huerto de cultivo del espíritu y
la inteligencia, que es la vivencia de la propia vida. En su interior va la
semilla, solo hay que cultivarla y ayudarle a crecer, no a reprimirla,
dominarla, podarla e injertarla con los intereses de los grupos de poder para
hacerlo sumiso y esclavo de los mismos.
La sociedad está en crisis. Es una
crisis cultural profunda, donde los valores no buscan la esencia del ser
humano, sino su sometimiento; no busca su desarrollo, sino su capitulación para
que ese desarrollo no sea intelectual sino servil y condicionado a los intereses
del grupo dominante.
El gran problema está un nuestro
sistema educativo incapaz de sembrar principios de respeto, tolerancia y
aceptación de los demás. De educar a vuestro hijos en la libertad y la
responsabilidad que conlleva, en ayudarles a encontrarse a sí mismos. En
compartir el conocimiento. A discernir y desplegar su libre albedrio. A madurar
como un árbol que al final da su fruto, distinto en cada caso, pero nutriente
para los demás. Alguien dirá que para que crezca el árbol derecho habrá que obligarlo,
pero olvidan que el árbol siempre busca la luz y a veces le hacemos crecer
contranatura, obligándolo a desarrollarse en las tinieblas. Tal vez la luz esté
en otro lado distinto al que nos está dirigiendo nuestro entorno, nuestro
sistema, nuestra sociedad… Otro mundo es posible, pero habrá que redefinir los
intereses de esta sociedad para encontrar la verdadera luz que alumbre al ser
humano.
La inteligencia es la madre de la
ciencia, de conocimiento, del saber y del bien hacer. Para educar a los niños
no se ha de imponer la autoridad por sí misma, por la fuerza, sino por la razón
y el sentido, por la convicción de que esa autoridad está revestida por esa
razón y por la bondad que conlleva su ejercicio. La autoridad, en un mundo de
iguales, se diluye y canaliza en sistemas democráticos donde el poder se delega,
por lo que la autoridad no es de quien la ejerce, sino de quien se la ha dado…
de todos los ciudadanos que se la otorgaron. Pero sobre el asco que despierta
este sistema “democrático adulterado” y los representantes del poder y la manipulación
que sufrimos será mejor hablar en otro momento para que la ira no nos nuble el
pensamiento.
Esta sociedad no será libre
mientras no se nos eduque en la libertad, pero para que esta sea efectiva habrá
que ponerle el calificativo de solidaria: Libertad Solidaria y responsable, que
busque el compartir el desarrollo de la esencia del ser humano para que cada
uno aporte al conjunto de la sociedad lo mejor de sí mismo y no lo que
determine un mercado manipulado y controlado por los intereses de los grupos de
poder. ¡Ay! Hay que temerle a los grupos y los clubes tipo BELDEBERG que actúan
desde la sombra dirigiendo a los gobiernos con su influencia económica. Es el cáncer
del sistema: el dinero y cómo se usa por sus propietarios… el sistema
capitalista avaricioso e inmoral y el mundo financiero.
Termino con una reflexión de Thomas Jefferson: “Considero que las entidades bancarias son
más peligrosas para nuestras libertades que las fuerzas militares… Si los
ciudadanos americanos permiten a los bancos privados controlar la moneda,
primero mediante la inflación, y después mediante la deflación, la banca y las
corporaciones que proliferen alrededor (de los bancos) despojarán a los
ciudadanos de toda la propiedad hasta que sus hijos se queden sin casas en un
continente que conquistaron sus padres y a quienes pertenece todo lo que haya
alrededor”.