Es evidente que a lo largo de la historia se ha manipulado, bien orientándolo a conveniencia del poder, bien neutralizando y bloqueando el desarrollo del mismo. Los procesos y programas educativos, el desarrollo cultural, el enfoque de la investigación y la ciencia, etc. han sido orientados hacia los intereses de los colectivos que ostentaron y ostentan el poder. Es más, el control del conocimiento supuso siempre el control de la propia sociedad. Un claro ejemplo lo tenemos en las religiones, que condicionaron la evolución de la ciencia y la sometieron a sus intereses y creencias. No sería necesario sacar a colación a Hipatia, a Galileo u otros muchos, que fueron reprimidos, cuando no eliminados, por defender la ciencia y la razón en contraposición a la fe y los dogmas irracionales. Si bien hay científicos que sostienen la compatibilidad entre religión y ciencia, no es menos cierto que solo se sostiene esa afirmación con la asimilación y adaptación de la religión al modelo explicativo de la ciencia. Ya no son Adán y Eva nuestros primeros padres, ni el mundo se hizo en seis días y al séptimo descanso (como si Dios tuviera que descansar, lo que viene a manifestar que ese dios ha sido creado a imagen y semejanza del hombre y por este), sino que se dice que era una forma de explicar las cosas para que la gente sencilla lo entendiera. Llegados aquí, la religión se ha desprendido de su soberbia impositiva para poder subsistir, argumentalmente, ante la ciencia y ha renunciado a su intransigencia para contrarrestar el efecto de la misma. Se acepta, en general, el proceso evolutivo darwiniano, pero se critica desde muy diversas fuentes hasta dejarlo cuestionado en la esencia humana, los principios y valores que colisionan con los religiosos.
En este sentido cito a Steven Weinberg, físico estadounidense Premio Nobel de física en 1979, que escribe en The New York Review of Books que “las creencias religiosas se han debilitado en Occidente gracias al avance científico, que ha golpeado algunas de las bases de la religiosidad. Una de ellas: el hecho de que la ciencia explique fenómenos antiguamente considerados como misteriosos (el trueno o el fuego). Otra importante tensión es que la ciencia nos haya obligado a replantearnos el papel del ser humano en el mundo: de ser un actor creado por Dios ha pasado a ser un producto de la evolución animal”. En definitiva, señala Weinberg, la ciencia ha debilitado las creencias religiosas.
Pues bien, mientras que las religiones (obsérvese que no hablo solo de la católica aunque sea la nuestra, culturalmente hablando) tuvieron, o tienen, el control del conocimiento, manipularon, ocultaron o destruyeron aquello que no les interesaba y potenciaron y desarrollaron aquel que les era afín. Lo curioso es que presentaron, y presentan, este hecho como salvador del conocimiento, dado que se autoproclaman guardianes de la ciencia y la erudición a través de sus monasterios, cuando eso es un falacia, pues si bien es cierto que lo custodiaron, no lo es menos que lo controlaron y manipularon en su propio beneficio hasta adulterarlo. De aquí el título de mi escrito.
Pero no son las religiones las únicas que manipulan y adulteran el conocimiento. Aunque en un tiempo fueron aliados inquebrantables, incluso, simbióticamente, del poder terrenal, asumiendo esta función mientras los otros se ocupaban de las armas y la administración, hoy, al menos en nuestra esfera, como dice Weinberg, esta responsabilidad la comparten con las empresas, los medios de comunicación, las universidades y un largo etc. que ha llevado a diversificar el cultivo del conocimiento.
Pero no nos engañemos, las religiones, en según que países, siguen ejerciendo ese control y siendo las encargadas de la formación y educación desde la escuela primaria a la universidad de forma absoluta, mientras en otros, como el nuestro, se defienden como garo panza arriba ante lo que ellos consideran adoctrinamiento civil, sin renunciar a la idea de adoctrinamiento que ellos mismos han practicado, y practican, para su reafirmación y captación de fieles. Lo malo de las religiones, cuando muestran su rancio integrismo y su idea de posesión de la verdad absoluta, es que no admiten otro pensamiento, otra forma de ver las cosas, y se autoproclaman iluminados de Dios, como si ese Dios fuera idiota y hubiera permitido negligentemente aparecer otras ideas, por lo que necesitaría de esos iluminados para hacer ver la verdad. Esa idea megalomaniaca y mitómana raya en lo patológico y desprecia al propio Dios, que dicen representar, en tanto lo descalifican, pues yo entiendo que la vía para ver y conocer la verdad es el desarrollo del conocimiento y la inteligencia, con el libre albedrío, con que dotó al propio ser humano. Dios, de existir, ya ha creado los mecanismos para el avance del conocimiento que acerque el hombre a la verdad y estos son la razón, la investigación y la ciencia.
Pero, no es que pretenda no dejar títere sin cabeza, es que esa vieja tendencia y la firme convicción de que el poder se ejerce desde el control del conocimiento, se ha instalado en nuestro sistema, llevando a este por los caminos del interés general de los poderosos, de las empresas, de la banca y del desarrollo tecnológico económicamente rentable para ellos. Se investiga en aquello que puede dar beneficios y se obvia, neutraliza, oculta o desprecia a la investigación que no aporta beneficios mercantiles. El dinero pues, es el nuevo dios, que orienta, manipula, controla y, por ende, adultera el desarrollo del conocimiento. Cuando se le escapa algo, tiende a comprarlo. Obsérvese los intentos de influir en la investigación universitaria mediante acuerdos de cooperación entre esta y la empresa, aportando capital y recogiendo los frutos. La universidad cada vez orienta más sus investigaciones a los intereses del desarrollo social, que representan las empresas y su filosofía de vida y de progreso, en el sentido de TENER, mientras relaja el enfoque investigador hacia el sentido del SER HUMANISTA y su desarrollo integral.
Eso quiere decir que nos están adulterando el conocimiento mediante el enfoque exclusivo hacia aquello que les interesa a los poderosos, económicamente hablando, mientras que obvian aquel que se orienta al desarrollo del individuo, como comentaba. Investigan en armamento, en genética tanto de salud como alimentaria, en astronomía, en tecnologías, etc… pero, en todo caso, las armas se emplearán para matar en casa de los otros, mientras que los demás adelantos se utilizarán para mejorar nuestra casa, que es donde hay dinero para pagar y sacar beneficios y rentabilidad. Eso sí, la tendencia neoliberal, entiende que los adelantos solo pueden llegar a quien los puedan pagar, los demás que se espabilen, que entren en el mercado y jueguen si son capaces para entrar en la rueda de la fortuna mercantil, del trabajo explotador y del comercio…
En este sentido, sin soslayar ningún tipo de expansión del conocimiento, me parece mucho más constructiva la búsqueda de la evolución del ser humano como ente individual y colectivo que centrarse en lo meramente material y comercial. Evidentemente, los nutrientes del cuerpo son básicos, facilitar la actividad mecánica es deseable, pero han de servir para un mayor crecimiento del ser integral, de su intelecto, de lo contrario andaremos anclados en la simpleza de lo instrumental.
Si bien es cierto que se ha complicado el tema del control del conocimiento debido a los medios informáticos y al campo desarrollado en Internet, que está permitiendo el flujo masivo de ideas e información entre los pueblos y la gente, no es menos cierto que la alta tecnología y el control de esos flujos sigue estando en las manos del poder que, como se está viendo en los movimientos populares de Túnez y Egipto, los gobiernos y ese poder pueden bloquearlo a conveniencia cuando se sientan agredidos o cuestionados por los ciudadanos a través de estos medios.
Mientras tanto, retomando la idea de librepensador de mi entrada anterior, les mando a la mierda y me doy cuenta de que me tienen atrapado en este sistema consumista. Mi alienación me somete, pero al tomar conciencia de ella empiezo a imponer criterios de uso y dependencia que me permitan liberarme de esa subordinación… No sé si lo conseguiré en todo o en parte. Si es, al menos, en parte me empezaré a dar por satisfecho según evolucione… Eso sí, queridos amigos, eso de poder expresar mis ideas y leer las de los demás a través del ejercicio libre que nos facilita el mundo bloguero, me ayuda a enfrentar esta situación de búsqueda y de encuentro del conocimiento.