El pasado julio empecé una serie de escritos en mi blog sobre el tema del amor y la relación de pareja, se trata de tres poemas, cuatro reflexiones, un relato en dos partes y la última incitación a la reflexión como respuesta a las catorce preguntas que planteo:
Hoy te he visto: 9 de julio
Y después… desamor: 12 julio
Frases para la reflexión y soneto de amor: 15 julio
La relación amorosa según una interpretación libre de la pirámide de Maslow: 18 julio
La teoría de con-juntos en la relación de pareja: 21 julio
La perspectiva mercantilista del amor: 27 julio
La berrea (I): 31 julio
La berrea (II): 2 agosto
Otra visión del asunto: 5 agosto
Delirio de amor: 14 septiembre
Dejo en el tintero, para no ser pesado, pues me da la sensación de que me estoy pasando diez pueblos con el tema, un análisis sobre cómo podemos entender la relación en base a las teorías del análisis transaccional y una reflexión sobre “la casa de mi corazón” en plan símil explicativo de la cobertura de nuestras necesidades relacionales . En otro momento, cuando la saturación desaparezca, si no se me va el santo al cielo, me plantearé colgarlas.
Han sido, prácticamente, dos meses y un verdadero placer contar con los comentarios de todos y cada una de las personas que se han dignado participar y aportar su granito de arena a la comprensión del complejo fenómeno de la interrelación humana, pero fundamentada en la pareja y su relación afectiva. Lo considero un fenómeno tan abierto que, su conceptualización, permite conjugar pensamientos, sentimientos, emociones, expectativas, percepciones, sensaciones, intuiciones, juicios, conjeturas, creencias, etc… en consonancia con nuestras vivencias y experiencias propias o vicarias.
Ello nos permite un caleidoscopio de visión heterogénea, donde cada cara del prisma arroja una tonalidad, un color y una visión singular. Es decir que cada uno de nosotros estamos condicionados por nuestra personalidad, historia y entorno cultural para emitir un juicio y que, al ser tan complejo el asunto y resultante de tantas variables, podemos divergir desde la sana discrepancia, o converger en nuestras opiniones. En todo caso, he pretendido hacer un razonamiento interno y compartirlo, a fin de conseguir un debate y despertar en cada cual el interés por los mecanismos que rigen, o pueden regir, este tipo de relación. Evidentemente, todas las opiniones tienen, para mí, el mismo nivel de respetabilidad, pudiéndome identificar con una u otra, estar de acuerdo o desacuerdo, pero lo importante es que las reflexiones personales sean clarificadoras y que nos ayuden a entender el fenómeno, sus trampas y sus bondades.
De la relación amorosa se pueden desprender conductas aberrantes, de sumisión, dictatoriales, sadomasoquistas, incluso justificadoras de los malos tratos y de la violencia de género; la cuestión es cómo se viven estas situaciones y cuales son los mecanismos para escapar de ellas, cómo determinadas culturas potencian y avalan conductas que otras culturas identifican como perversas.
Pero, lo importantes es entender y potenciar los mecanismos que nos alejen de estas y nos acerquen a las otras conductas, las constructivas, positivas, las de cooperación y encuentro, las que ayudan a crecer a ambos cogidos de la mano, las que dan estabilidad emocional para vivir en desarrollo e igualdad. En todo caso, depende de la gestión que hagamos del periodo de enamoramiento, orientaremos nuestra relación final hacia el amor en libre compromiso o a la dependencia o imposición irracional del uno sobre el otro. El contrato que, tácitamente, se va estableciendo, día a día en la convivencia cotidiana, ese contrato no escrito, pero que establece conductas en función de los afectos y desafectos que se generan, es el que definirá nuestra relación, en forma y fondo, hacia la satisfacción o hacia la frustración y el desengaño.
El enamoramiento es un periodo de fantasía, ilusión, embeleso, arrebato, enajenación, encanto, embrujo, éxtasis…una esperanza de futuro rayando en la utopía… sucumbir a un flechazo de cupido de forma incomprensible, con cierta dosis de irresponsabilidad al escapar al control de nuestra propia conciencia. Un sentimiento indescriptible que nos eleva por encima de cualquier otra vivencia del entorno, nos ocupa y arrebata el pensamiento, el sueño y nos vuelca en la obsesión. Yo creo que es la situación ideal para hacer crecer y forjar un amor duradero, nos sitúa en una excelente disposición de partida para el entendimiento mutuo, para la gestión de una buena relación, como ya he reflejado anteriormente; porque enamorarse no es amar, tiene, bajo mi punto de vista, más relación con el desear y el querer, y amar es mucho más que todo eso.
Me permito trascribir un comentario que dejé en el blog de Isabel Miralles, con su permiso:
¿Y si amar fuera procurar, ayudar y acompañar al otro a ser cada día más libre, más adulto, más persona, a alcanzar la autorrealización personal y, en ese tránsito, beber de esa misma fuente, compartir las experiencias, y crecer en compañía intercambiando ideas, pensamientos y vivencias, objetivando el común desarrollo como personas…? Es decir: “te amo y por eso quiero que ante todo seas tú, aunque el resultado no sea el que más me interese a mí, sabiendo que si tu creces yo crezco y tu desarrollo es el mío, siempre que seamos capaces de intercambiar y compartir las energías que nos hacen crecer y mantengamos la evolución paralela y/o convergente”.
Yo diferencio entre querer y amar. Querer es necesitar y conlleva cierta dosis de egoísmo y posesión… Amar es comprender, respetar, compartir el crecimiento en régimen de igualdad… La cuestión está en que ambos aspectos se dan en la relación y se ha de conjugar y gestionar esa cohabitación.
Cada uno tenemos una misión en este mundo y esta es el autodesarrollo, la realización personal, desenrollar la espiral del potencial con que la naturaleza nos ha dotado.
Finalmente, creo que hay que procurar no dejar las cosas del amor en manos exclusivamente del corazón, como dice Javier de las Heras en un excelente artículo que os incito a leer y que considero muy interesante como completo a todo lo que hemos venido tratando sobre el enamoramiento. Lo podéis visitar en:
http://www.fluvium.org/textos/familia/fam433.htm